En medio de un clima político y social complejo, el Centro Polivalente de Arte en La Rioja se convirtió en un refugio seguro y un semillero de talento artístico en tiempos turbulentos. A pesar de las dudas iniciales de las familias, el director del centro, conocido por su pasión y dedicación, logró convencer a padres y estudiantes de la importancia de esta institución, defendiéndola caso por caso para que ningún alumno se fuera.
Gracias a sus esfuerzos y a la resistencia de la comunidad educativa, el Centro Polivalente sobrevivió y floreció como un espacio de aprendizaje y creatividad. Los alumnos, inspirados por profesores apasionados por el arte, descubrieron su talento y vocación en un entorno seguro y estimulante.
El centro se convirtió en un lugar convocante, donde padres e hijos descubrieron las posibilidades del arte no solo como formación profesional, sino también como herramienta para forjar personas íntegras, creativas y entusiastas. Con el tiempo, la aceptación y reconocimiento de la parte artística en La Rioja creció, reflejándose en un aumento de la población estudiantil y en la creación del Profesorado de Arte para continuar los estudios superiores en diversas disciplinas artísticas.
El legado del Centro Polivalente y su director se manifiesta en la excelencia artística y en las generaciones de artistas talentosos que han pasado por sus aulas. Artistas destacados como Toto Guzmán y otros han dejado su huella en la escuela, demostrando el impacto transformador del arte en tiempos desafiantes.
En el 50 aniversario del Centro Polivalente de Arte, es importante recordar la labor y el legado de figuras como Alberto Mario Crulcich, cuya visión y dedicación fueron fundamentales para el desarrollo de la enseñanza artística en La Rioja. Su trabajo incansable abrió el camino para la creación de instituciones educativas dedicadas al arte que han contribuido al crecimiento y reconocimiento del talento artístico en la región.