En un contexto económico cada vez más digitalizado, las billeteras virtuales han cobrado un protagonismo indiscutible en la vida cotidiana de los argentinos. En un reciente encuentro, los docentes Efraín Molina y Raúl Aparicio, discutieron sobre el fenómeno de las billeteras virtuales y las nuevas regulaciones impuestas por la AFIP.
Durante la charla, Molina destacó la importancia de estar informados sobre las herramientas que utilizamos para manejar nuestro dinero. «Para hacer periodismo en nuestro país, hay que entender de economía, porque todo gira alrededor de ella», afirmó.
La Competencia entre Billeteras Virtuales
Las billeteras virtuales se han vuelto comunes entre los usuarios, con opciones como MercadoPago, Modo y Naranja, entre otras. Cada una de estas plataformas compite no solo por la cantidad de usuarios, sino también por los rendimientos que ofrecen. «La gran pelea es por el rendimiento que pagan algunas, un poco más y otras un poco menos», explicó Aparicio.
La facilidad de acceso a estas billeteras ha sido un factor determinante. «Podés abrirla simplemente con una selfie, y si sos menor de 18 años, con la autorización de tu padre también podés desarrollarla», comentó Molina. Esto hace que la barrera de entrada sea baja, permitiendo que más personas se sumen a su uso. Además, muchas billeteras ofrecen descuentos y promociones en fechas especiales, lo que incentiva aún más su uso. Por ejemplo, «YPF promocionó un 20% de descuento en su billetera durante un evento deportivo», destacó Molina.
Sin embargo, el auge de las billeteras virtuales ha atraído la atención de la AFIP, que a partir de septiembre comenzará a investigar los movimientos bancarios. Según Aparicio, «la AFIP podría empezar a verificar el origen de los fondos de esos movimientos a partir de un monto determinado: 400.000 pesos». Este monto ha sido objeto de debate, ya que algunos consideran que es bajo. «El monto anterior sobre el cual se podría tener algún tipo de reporte eran 200.000 pesos, lo que significa un aumento del 100%», comentó.
Los usuarios que transfieren su salario desde una cuenta bancaria a una billetera virtual no deberían tener inconvenientes, siempre que puedan justificar sus movimientos. Sin embargo, aquellos que no puedan demostrar el origen de sus fondos podrían enfrentar complicaciones. «El problema surge cuando no tienes cómo justificar esos movimientos», advirtió.
Es fundamental guardar comprobantes de las transferencias. Si se realiza una transferencia para pagar algo, como una heladera, se tiene el respaldo necesario para justificar el movimiento. «Lo que se trata de tener en claro son los movimientos financieros que realizamos los contribuyentes: de dónde son y por qué hacemos esos movimientos», explicó Efraín.
La AFIP podría iniciar un proceso a partir de la denuncia de operaciones sospechosas, lo que podría llevar a acciones penales para determinar el origen de los fondos. Esto podría desalentar el uso de las billeteras virtuales, aunque, según Herrera, «hoy no estamos visualizando un impacto significativo en su uso».
A pesar de las nuevas regulaciones, el uso de billeteras virtuales sigue siendo común. «Todo el mundo usa las billeteras», afirmó Efraín, destacando que incluso en ferias y mercados, las transferencias son una práctica habitual. La facilidad de uso, la posibilidad de obtener rendimientos diarios y las promociones especiales han hecho que estas plataformas sean especialmente atractivas, sobre todo para los jóvenes que prefieren no abrir cuentas bancarias tradicionales.
Además, las billeteras permiten evitar el manejo de efectivo, algo que se vuelve relevante en un contexto donde nuevos billetes, como el de 20.000 pesos, están por salir. «Para no andar con tanto billete, estas billeteras funcionan y funcionan bien», concluyó Efraín.
En conclusión, el uso de billeteras virtuales está en auge y se ha convertido en una herramienta esencial para muchos argentinos. Sin embargo, es fundamental estar al tanto de las regulaciones y asegurarse de que todos los movimientos sean transparentes y justificados, para evitar inconvenientes en el futuro.
