El último informe del INDEC revela que la tasa de pobreza en La Rioja ha alcanzado un alarmante 66.4%, un incremento notable respecto al 51.6% de diciembre de 2023. Este aumento impacta a casi dos tercios de la población provincial, intensificando la preocupación social ante dificultades económicas crecientes.
Nicolás Casas, economista y docente de la Universidad Nacional de La Rioja, destacó que la provincia presenta uno de los índices de pobreza más altos del país, lo que exige atención urgente. La pobreza se mide según la capacidad de las familias para adquirir la canasta básica total de bienes y servicios, que se sitúa en aproximadamente 939,000 pesos. Sin embargo, este cálculo no incluye el costo del alquiler.
Particularmente alarmante ha sido el aumento en la cantidad de empleados considerados «pobres». Según Casas, este fenómeno indica que muchos trabajadores no ven sus ingresos ajustados al costo de vida, lo que resalta su escaso poder adquisitivo.
Los aumentos salariales en el sector privado han sido limitados, aunque algunos sectores han reportado mejoras. “No hemos vuelto a los niveles de poder adquisitivo que teníamos anteriormente”, apuntó Casas. Además, solo un 7% de los empleos son registrados en el sector privado, lo que revela la precariedad laboral en La Rioja.
El economista señaló que el primer semestre del año suele mostrar tasas de pobreza más bajas que el segundo, por lo que es esencial realizar comparaciones adecuadas. La situación crítica exige una política que favorezca a quienes más lo necesitan. Es crucial que el gobierno provincial implemente medidas efectivas para asegurar el acceso a bienes y servicios básicos y mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores, especialmente considerando que el 70% de los empleados registrados dependen del Estado.
