El comercio en la ciudad atraviesa un momento crítico, evidenciado por una significativa caída en las ventas, especialmente en mayo. Según Juan Keulián, representante del sector, la situación es «bastante complicada y dramática», con muchos comercios enfrentando dificultades para mantenerse a flote.
Las causas principales incluyen la disminución del poder adquisitivo de la población, tarjetas de crédito saturadas y altos costos impositivos y municipales. Los rubros más afectados son indumentaria, calzado y algunos negocios tradicionales, que reportan disminuciones de entre 35% y 40% en sus ventas durante el mes pasado.
Además, Keulián señaló que la informalidad aumenta, ya que pequeños comerciantes optan por vender en redes o en ferias, debido a los elevados gastos en alquileres, impuestos y tasas municipales. Esto, a su vez, complica aún más el escenario para los comercios formalizados y genera reclamos sobre las inspecciones en las ferias y plazas públicas, donde proliferan vendedores informales que afectan las ventas del sector registrado.
A la espera de datos oficiales, se prevé que la tendencia no mejore para el Día del Padre, dado que las tarjetas de crédito están saturadas y las ventas anticipadas no alcanzan expectativas optimistas. La esperanza radica en que las políticas gubernamentales, como posibles incrementos salariales, puedan aliviar la situación y permitir una recuperación paulatina del sector.