Gabriela Brizuela fue designada como presidenta del Consejo Directivo de la Obra Social de la Universidad Nacional de La Rioja (OSUNLaR), marcando el inicio de una nueva etapa en la gestión de esta institución. En su primera sesión al frente, Brizuela expresó su entusiasmo por contar con un equipo de profesionales comprometidos y detalló los temas prioritarios que abordará su gestión.
“Es una alegría que todos los miembros del Consejo confiaron en mí para continuar liderando la obra social, junto a un equipo valioso que trabaja para sacar adelante esta institución”, afirmó Brizuela, resaltando la importancia del trabajo colectivo. Entre los integrantes destacados están el gerente, el contador Daniel Albornoz; el síndico, el contador Carlos Sant, y demás profesionales que conforman el equipo técnico.
Uno de los primeros pasos de su gestión fue presentar un exhaustivo informe final de la intervención previa, que abarca aspectos económicos, legales, administrativos y judiciales. Este informe, de 20 páginas, fue elaborado con aportes de distintas áreas y refleja la situación de la obra social desde el 20 de diciembre pasado hasta la actualidad.
Brizuela también anunció el avance en proyectos que buscan ampliar la capacidad de atención y fortalecer el vínculo con la comunidad universitaria y la sociedad en general. Destacó el proyecto de creación de un centro terapéutico, que funcionará en un inmueble del jardín de la obra social y que ofrecerá atención a afiliados, sirviendo además como un polo de prácticas preprofesionales para estudiantes de carreras relacionadas con la salud y lo social. La apertura está prevista para agosto, tras tareas de refacción y acondicionamiento del espacio.
“Este centro será una inversión que, en realidad, representará un ahorro para la obra social, además de abrir nuevas oportunidades de atención y servicios para otras obras sociales”, explicó Brizuela. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Universidad Nacional de La Rioja, del Hospital de Clínicas y de diversos actores institucionales y afiliados.
Brizuela reconoció la delicada situación financiera de la obra social, marcada por un déficit mensual que, tras esfuerzos, logró reducirse de unos 180 millones a 100 millones de pesos. “El gasto en internaciones y medicamentos impacta mucho en las finanzas, ya que solo una internación puede costar aproximadamente 2 millones diarios”, indicó.
Desde su gestión, buscan equilibrar los gastos mediante diversas medidas de austeridad y la puesta en marcha de proyectos que permitan un mayor ingreso y ahorro, como el centro terapéutico, que además funcionará como una unidad de negocios para la obra social, posibilitando la captación de otras aseguradoras.
Respecto a la situación judicial del ex rector, Daniel Quiroga, Brizuela confirmó que todavía no se ha presentado personalmente ante la justicia. La defensa del ex rector presentó un escrito solicitando que la causa sea trasladada a la justicia federal, al argumentar que la competencia corresponde a esa instancia. La obra social aguardará que el juez se pronuncie para continuar avanzando en la investigación.
La próxima sesión del Consejo Directivo está prevista para mediados de julio, con la posibilidad de una sesión extraordinaria, y la siguiente formalmente en agosto. Brizuela aseguró que la gestión se caracteriza por la austeridad, evitando gastos superfluos y promoviendo un trabajo en equipo con todos los actores de la universidad y la comunidad.
“Estamos comprometidos en ofrecer mejores servicios, reducir el déficit y hacer que la obra social sea autosustentable, pensando siempre en el bienestar de nuestros afiliados”, concluyó.
