Un trastorno que en la Argentina tienen cerca de 700 mil personas. La condición que afecta a uno de cada 54 niños en el mundo. Desde el Programa Argentino para Niños, Adolescentes y Adultos con Condiciones del Espectro Autista (Panaacea) trabajan con iniciativas para construir una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad.
Los trastornos del espectro del autista (TEA) se caracterizan por una deficiencia persistente en la comunicación social, que va unida a patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
Las personas autistas perciben la realidad y se comunican con su entorno de manera distinta a lo comúnmente visto. Si bien los primeros síntomas aparecen a temprana edad, pueden manifestarse más adelante, durante el desarrollo e incluso -aunque con menos frecuencia- en la adultez.
Según el último estudio del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, la condición del espectro autista afecta a uno de cada 54 niños. En promedio transcurren dos años entre las primeras preocupaciones de los padres y el diagnóstico de autismo.
Alexia Rattazi, psiquiatra infantojuvenil y cofundadora de Panaacea, explica a LA NACION que desde la organización prefieren hablar de “condición del espectro autista” y no de trastorno, porque la consideran una forma de concientización no estigmatizante, para “derribar mitos”, y a la vez “más abarcativa”.
A su vez, la experta resalta la importancia de la detección temprana del trastorno para mejorar el pronóstico del niño y la calidad de vida de la familia. También asegura que los costos asociados a la prevención son más bajos que los del tratamiento o rehabilitación.
Con esta idea, desde Panaacea realizaron una app que permite realizar un seguimiento del desarrollo de los niños. “Sigamos el Desarrollo es una herramienta valiosa. Se descarga de manera gratuita en el teléfono y permite saber si un hijo o hija presenta alguna señal de alerta. Además, la app te da recomendaciones de cómo estimular distintas áreas del desarrollo a través de juegos y actividades”, explica Rattazzi.
Fuente La Nación
