El director de orquesta, de 40 años, ocupará ese cargo a partir de agosto y por un mandato de seis años, a la vez que se mantendrá al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles.
El venezolano Gustavo Dudamel será el nuevo Director Musical de la Ópera de París, anunció este viernes la institución, una de las más prestigiosas del mundo.
El director de orquesta, de 40 años, ocupará ese cargo a partir de agosto y por un mandato de seis años, a la vez que se mantendrá al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, y será el primer latinoamericano en asumir las riendas de una gran ópera europea, después de que el argentino-israelí Daniel Barenboim fuera nombrado director musical de La Scala de Milán en 2011, cargo que dejó en 2014.
El director general de la Ópera de París, Alexander Neef, calificó a Dudamel como un director de orquesta «emblemático» y uno de los «más talentosos y prestigiosos del mundo».
«Estoy muy conmovido y agradecido por estar hoy aquí en esta magnífica casa», dijo Dudamel en el Palacio Garnier, emblema histórico de la ópera parisina, durante una rueda de prensa retransmitida por Zoom que recogió la agencia AFP.
Considerado un prodigio de la batuta, desde adolescente Dudamel se destacó gracias al Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, un programa que dio acceso a la educación musical a miles de niños de clases populares que fue replicado en más de 40 países.
«No fue hasta que me hallé al frente de esa ópera que hallé mi hogar espiritual», dijo el venezolano.
El director general de la Ópera de París, Alexander Neef, calificó a Dudamel como un director de orquesta «emblemático» y uno de los «más talentosos y prestigiosos del mundo».
Durante su primer año será responsable de como mínimo tres producciones líricas y coreográficas, un trabajo que aumentará durante la segunda temporada, según Neef.
Dudamel, que dirigió por primera vez la orquesta de la Ópera de París para «La Boheme» de Puccini en 2017, reemplazará al suizo Philippe Jordan. Y cuando el nuevo director general, Alexander Neef, preguntó a los músicos a quién preferían como sucesor de Jordan, se pronunciaron de inmediato por Dudamel.
«Fue maravilloso, lo recuerdo como si fuese ayer», explicó al recordar su experiencia en 2017. «Hubo una conexión, un respeto mutuo, un deseo de hacer las cosas bien», esto es, «los ingredientes necesarios para poder crear una relación sana y con futuro», añadió.
Si bien su nombramiento se produce en plena crisis sanitaria, el flamante director dijo que confía que marque «el comienzo de un capítulo importante», que permita «conectar mucho más con las nuevas audiencias».
El desafío es triple ya que seguirá al frente de la Orquesta Filarmónica de los Ángeles que dirige desde 2009 y continuará abanderando en el mundo proyectos derivados de «El Sistema», célebre programa educativo popular de música clásica de Venezuela y del que Dudamel es su representante más ilustre.
En ese sentido, destacó que su nombramiento al frente de una de las más prestigiosas instituciones del mundo, representa «también un ejemplo, una visión para estos jóvenes que están soñando no solamente con la música sino también con desarrollar sus vidas a través del arte».
En 2004, ganó la primera competición de dirección Gustav Mahler en Alemania, lo que le abrió las puertas de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, en Suecia.
Posteriormente, con solo 28 años, firmó como director musical en Los Ángeles y en 2012, ganó su primer premio Grammy con la dirección de «Brahms: Sinfonía No. 4».
También se convirtió en el primer director en tocar durante un espectáculo del Superbowl y en el primer venezolano en recibir una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Convencido de que «no hay nada como utilizar la cultura como herramienta de transformación social», Dudamel prevé además desarrollar proyectos educativos trabajando con la Academia de la Ópera de París, que desde 2015 forma a jóvenes en todos los oficios: desde el canto y la música hasta la confección de vestuario y pelucas.
Por otra parte, señaló que «la música clásica se ha encajonado» y las instituciones artísticas deben pensar «cómo hacer para que las comunidades se sientan identificadas» e «ir hacia ellas» en vez de esperar que «vengan hacia nosotros».
Fuente: http://www.telam.com.ar