«Este era un momento ideal para jugar con estadio lleno», indicó el capitán del seleccionado argentino de fútbol, a horas del duelo de este jueves ante Bolivia.
El capitán del seleccionado argentino, Lionel Messi fue contundente al reflexionar respecto de las exigencias que existían para que el equipo nacional ganara un título antes de conseguir la Copa América de Brasil, cuando advirtió: «Acá todos creen que somos los mejores del mundo, pero no es así».
A 24 horas del partido con Bolivia por la décima jornada de Eliminatorias Sudamericanas, que se disputará este jueves desde las 20.30 en un estadio de River Plate con 30 por ciento de aforo, Messi habló telefónicamente con ESPN después del entrenamiento, el último que el seleccionado argentino realizó en el predio afista de Ezeiza antes de ese encuentro, y que debía comenzar a las 15.30 pero por efectos de la lluvia se retrasó hasta las 17.15.
«Este era un momento ideal para jugar con estadio lleno. Es una lástima, como también lo fue que mi familia no pudiera estar presente en la Copa América. Me hubiese encantado, porque resulta que siempre estuvo y justo cuando salimos campeones no pudo asistir por la pandemia, Por eso lo primero que les dije a los chicos después de ganar la Copa América fue que estas vacaciones las íbamos a disfrutar, porque antes venía de perder y pasaba 15 días sin ganas de nada», confesó.
«Y si la ganamos es porque la verdad que este es un grupo espectacular, que se viene fortaleciendo desde la Copa América de 2019 (también en Brasil), igual que lo era el anterior que estaba desde el Mundial de 2014, pero como no se ganaba, la gente nos veía de otra manera, desde la óptica de ganar o perder», apuntó.
«Scaloni siempre supo lo que quería y de a poco fue creciendo junto con la selección, trayendo gente nueva y renovando el equipo. Por eso duele ver que tenemos el parche con la Copa América en la camiseta, que es un orgullo enorme, pero que podríamos tener otros más y se nos escaparon»
Y al respecto sostuvo que ganar una Copa «a veces se da y otras no. Pero siempre habíamos estado cerca como lo estuvimos esta vez, pero simplemente caímos por muy poco en las finales. Y cuando pasó eso muchos periodistas nos trataron de fracasados, pero hay que reconocer que en Argentina nos creemos los mejores del mundo pero no lo somos, como antes tampoco éramos los peores por perder varias finales. Pero llegar a las finales es un gran mérito y acá no fue reconocido como correspondía».
«Por eso ahora ver como mis hijos disfrutan de que hayamos ganado la Copa América es difícil de explicar, ya que se la pasan cantando los temas de Argentina porque son fanáticos de la selección. Cuando salimos campeones no lo podía creer. Me parecía imposible. Después, la vida continúa, pero uno siente la tranquilidad de haber ganado la Copa más difícil por todo lo que pasó. Decididamente este título fue muy especial para mí», remarcó.
«Y lo fue desde todo punto de vista, porque personalmente creo que las Copa América de 2015 (Chile) y 2016 (Estados Unidos) fueron buenos momentos míos en la selección, y el Mundial de 2014 en Brasil también, pero no sé con cual quedarme. Pero esta Copa América la ganamos en base a tener un grupo muy fuerte», advirtió.
Sobre este punto alertó que «a partir de ahora el juego de la selección tiene que fluir más. Porque este fue un punto de inflexión para seguir creciendo y no para pensar que ya llegamos a nuestro tope. Por eso mañana ante Bolivia en lo único que hay que pensar es en ganar los tres puntos para seguir acomodándonos en la clasificación y no distraernos tanto con la celebración por la Copa América».
«Y en ese sentido (Lionel) Scaloni siempre supo lo que quería y de a poco fue creciendo junto con la selección, trayendo gente nueva y renovando el equipo. Por eso duele ver que tenemos el parche con la Copa América en la camiseta, que es un orgullo enorme, pero que podríamos tener otros más y se nos escaparon», expresó.
«Porque con el paso del tiempo yo también fui cambiando mi manera de jugar en la selección. Hoy me tiro un poco más atrás para generar juego y asistir en vez de estar siempre de tres cuartos de cancha hacia delante. Quizá no tengo tantas chances de gol como antes, pero eso genera que otros las tengan», describió.
Luego recordó que la «patada del venezolano Luis Martínez» lo preocupó. «Es que por un momento pensé que me había afectado la rodilla izquierda, pero por suerte quedó en un corte nada más».
Y para marcar lo bien que le sienta este momento en «su» seleccionado argentino, en la despedida dejó un dato de como vive este momento pese al prolongado aislamiento que requieren las burbujas sanitarias. «En la concentración la pasamos muy bien y disfrutamos mucho con los chicos del plantel», concluyó un Messi tan feliz «como nunca» vistiendo de celeste y blanco.