Imran Ahmed, analista de grupos que fomentan el odio y la desinformación, aseguró que el trabajo de estas personas es «confundir» a la población con noticias falsas.
Los grupos antivacunas esparcidos en todo el mundo «están matando gente» que decide no recibir las dosis contra el coronavirus Covid-19 y también a los que sí debido a que «ponen en riesgo» la capacidad de contener al virus, afirmó Imran Ahmed, fundador y CEO de la ONG internacional Center for Countering Digital Hate (Centro para la Lucha contra el Odio Digital) que se encarga de monitorear grupos que promueven el odio y la desinformación en redes sociales y plataformas digitales.
El especialista analizó cómo operan estos grupos en los servicios de mensajería instantánea como WhatsApp y Telegram, y redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y Youtube, y concluyó que detrás de éstos se encuentran actores con intereses económicos, motivaciones políticas e incluso con el objetivo de fomentar la xenofobia a nivel global.
Ahmed aseguró que la pandemia fue una plataforma ideal para que «la industria antivacuna» aumentara «la cantidad de personas que los escuchan» y lo lograron con una importante efectividad en la audiencia de habla inglesa, en la que «pasó de más de 10 millones de personas hasta 60 millones en los primeros meses».
«Su trabajo no consiste en convencer a la gente, sino confundirlos acerca de los hechos», resumió y añadió que las redes sociales son el campo predilecto ya que «saben que los medios de comunicación no cubren a una persona loca que grita teorías sobre microondas 5G».
Con más de un año de pandemia, el CEO alertó sobre la peligrosidad: «Estos movimientos están matando gente. Es así de simple: hay personas ahora mismo en los hospitales que no pueden respirar y le están diciendo a los médicos que pensaban que era la vacuna la que les iba a hacer daño. Piden que se las administre en ese momento cuando ya es demasiado tarde».
«Además ponen a todos en peligro. Vacunarse no es una decisión individual. Es vital también para otros. Están poniendo en riesgo toda nuestra capacidad como mundo para contener este virus», resaltó.
Un estudio de esta organización, con sede en Londres y Washington DC, reveló que 12 personas son responsables del 65% del contenido en inglés contra las vacunas y las medidas impuestas por los gobiernos.
El grupo «es complejo», describió el especialista, y afirmó que poseen «diferentes motivaciones» ya que en la investigación encontró «un grupo que produce desinformación médica para vender sus propios productos como libros, productos y sitios web», otros que «usan la desinformación para sus propios fines, como los antigobiernos que son los que afirman que el gobierno está tratando» de matar personas a través de «una vacuna que es peligrosa».
También subrayó que forman parte del movimiento «personas de extrema derecha que afirman que los chinos están detrás de todo esto, mientras que en India por ejemplo se culpa los musulmanes hablando de una corona-yihad».
«Esto no está ocurriendo en lugares oscuros. Los movimientos antivacunas tienen una visibilidad que no tuvieron antes», expuso.
Para Ahmed, a pesar de la visibilidad que tienen «no se tomaron medidas reales» para combatirlos y argumentó que los gobiernos tienen «limitaciones claras y sensatas» al respecto ya que «nadie quiere que se elimine a una persona de las redes sociales por orden de un gobierno».
En tanto que las empresas propietarias de redes sociales lo que hicieron hasta el momento fue dar de baja cuentas o suspenderlas momentáneamente.
Ante esta problema que engloba a la población mundial, recomendó «no asumir como cierta la información que circula en redes sociales» e indicó, en ese sentido, que «cualquiera puede hacerse pasar por un médico o una enfermera que finja decir algo».
«Lo que debemos es acudir a fuentes oficiales de información como la OMS, organismos estatales de salud o tu propio médico para obtener asesoramiento», sugirió.