En un acto realizado en la sede académica de Aimogasta, la comunidad universitaria y local se congregó para celebrar la culminación de un ciclo educativo marcado por el esfuerzo, la perseverancia y el compromiso colectivo. La ceremonia contó con la participación de autoridades, docentes, estudiantes, familiares y representantes de la comunidad, quienes reconocieron el valor del trabajo conjunto en la formación de nuevos profesionales.
La rectora Natalia Álbarez Gómez resaltó que esta sede, que realiza clases también en las noches y enfrenta tanto abundancia como carencias, se sostiene gracias al esfuerzo del equipo que la integra. “Esta sede, como muchas en el interior del país, tiene estudiantes de todo el territorio y, sobre todo, del interior profundo, que con mucho sacrificio logran alcanzar su ansiado título”, expresó, destacando que detrás de cada graduado hay una red de apoyo formada por madres, padres, abuelos, hermanos, amigos y docentes que impulsan y acompañan en ese camino.
La rectora resaltó que el esfuerzo no es solo individual, sino colectivo: “¿Cuántas mamás han trabajado día y noche, cuántos vecinos y docentes han aportado su granito de arena? Todos hemos puesto nuestro empeño para que estos estudiantes puedan cumplir sus sueños y aportar a la sociedad desde su formación universitaria”.
Además, hizo énfasis en la importancia de la política educativa pública que garantiza la gratuidad en la educación superior, y en la responsabilidad compartida de cuidar esa inversión social. “El conocimiento es poder, como decía Peter Drucker, y cuanto más sabemos, más libres somos. Pero ese poder debe ser utilizado en beneficio del bien común”, afirmó.
La ceremonia también fue un espacio para destacar el trabajo en diferentes ámbitos, como la investigación, la extensión, y el posgrado. En particular, se hizo referencia a un acto de extensión dirigido a los jubilados, un ejemplo del compromiso de la universidad con la comunidad y la formación continua. Asimismo, se resaltó la labor de profesionales en áreas como enfermería y deportes, destacando a figuras como Fabricio, quien con su talento trasciende fronteras, y la inspiración que representan para la comunidad.
Sobre este punto, Álbarez Gómez recordó que el esfuerzo de Fabricio y otros destacados deportistas empieza en un entorno familiar que inculca valores y dedicación, y que la universidad tiene la misión de acompañar y potenciar esos talentos.
En ese sentido, la rectoral subrayó que la universidad no se limita a las paredes de sus aulas; su verdadera misión es salir a la comunidad, aportar al desarrollo social y trabajar en conjunto con instituciones y organizaciones locales. En ese marco, agradeció el apoyo de concejales, municipios y gremios, y destacó el rol de las mujeres que hacen posible el funcionamiento de la institución, en alusión a figuras como Adriana, Tere, Lu y Vivi.
Como cierre, la autoridad expresó su compromiso de seguir promoviendo la formación de profesionales de calidad, con valores y responsabilidad, a través de cursos de posgrado, becas y acciones de intercambio internacional. “Queremos que cada graduado sea un orgullo para la universidad pública y para Argentina, porque el trabajo y la dedicación son la base de nuestro éxito”, concluyó.