La reciente declaración del abogado querellante, Dr. Sergio Gómez, en una conferencia de prensa ha desatado una ola de preocupación y malestar en la familia de Trinidad Ruarte, la joven trágicamente atropellada por el médico Federico Luna. En medio de la vorágine judicial, se ha solicitado la exhumación del cuerpo de la víctima para determinar si su fallecimiento fue resultado del accidente o si estuvo relacionado con la patología que presentaba, ya que se comprobó que tenía COVID-19 al momento de su deceso.
El Dr. Gómez aseguró que el fiscal cuenta con suficientes elementos probatorios que respaldan la acusación contra Luna, quien se encuentra procesado en la causa. En este contexto, la defensa de Federico Luna planteó un nuevo recurso ante el juez, pidiendo la exhumación del cuerpo de Trinidad para verificar la causa exacta de su muerte. Sin embargo, el abogado desestimó esta solicitud, argumentando que el acta de defunción claramente establece que la joven falleció por «traumatismo de cráneo y múltiples lesiones» sufridas en el siniestro vial.
«El acta de defunción es clara y contundente. No hay duda sobre la causa del fallecimiento de Trinidad. La defensa está tratando de sembrar confusión al cuestionar si el COVID-19 pudo haber influido en su muerte, pero la realidad es que el trauma es lo que causó su deceso», afirmó Gómez, subrayando la angustia que genera en la familia la posibilidad de una exhumación.
La situación se complica aún más dado que la solicitud de la defensa no es la primera en este sentido; ya había sido rechazada en ocasiones anteriores por el juez competente. «No se justifica realizar una exhumación si no hay dudas razonables sobre la causa de muerte. Esto podría causar un daño emocional innecesario a los familiares que ya están sufriendo por la pérdida», declaró el abogado querellante.
A pesar de la angustiante situación, Federico Luna permanece en libertad a la espera de los avances del proceso judicial. Debido a una reciente cirugía relacionada con problemas de salud, su defensa argumentó la necesidad de mantenerlo en libertad provisional, lo cual fue aceptado por la justicia.
El caso, que ha conmocionado a la comunidad riojana desde el inicio, sigue sin resolverse, y las preocupaciones sobre la solicitud de la exhumación y sus implicancias emocionales permanecen en el aire. La familia Ruarte exige respeto a su dolor y una resolución justa que honre la memoria de Trinidad en este complejo proceso judicial.