El primero de agosto es una fecha especial para muchas comunidades indígenas en Argentina, y este año no fue la excepción. En el barrio Matadero, en la intersección de la calle 20 de mayo con Monteagudo, la familia Chumbita llevó a cabo la tradicional ceremonia de ofrendas a la Pachamama.
Roberto Chumbita, descendiente de la comunidad indígena del noroeste, fue el encargado de realizar las ceremonias. “La verdad viví una experiencia inolvidable y absolutamente invita a compartir”, comentó Roberto, destacando la importancia de mantener vivas estas tradiciones.
La ceremonia comenzó con el encendido del fuego, conocido como el “abuelo fuego”, seguido por la colocación de las ofrendas sobre una manta en el suelo. “Nada puede ir en bolsa, si llevaste un paquete de arroz, por ejemplo, tenés que abrirlo y desparramarlo en esa manta”, explicó Roberto. La manta, rodeada de piedras, simboliza el resguardo de todo lo que se ofrece a la Pachamama.
Roberto también habló sobre la dualidad representada en la bandera de la nación indígena, que estaba presente en la ceremonia. “No hay manera que haya un hombre haciendo algo que salga más o menos bien y al lado no haya una mujer”, señaló, subrayando la importancia de la colaboración y el equilibrio entre ambos géneros.
Este año, la ceremonia tuvo un significado especial debido a la sequía que afecta a la ciudad capital de La Rioja, con más de 103 días sin lluvia. Vasijas con agua fueron incluidas en las ofrendas, pidiendo a la Madre Tierra que no falte el agua.
La ceremonia contó con una mayor participación de personas en comparación con años anteriores, lo que alegró a Roberto. “Hace 25 años que esta tradición se ha institucionalizado, y cada vez más gente se suma a celebrar y honrar a la Pachamama”, comentó satisfecho.
Al finalizar la ceremonia, se realizó una locreada y mateada en un terreno baldío lindero. “Probablemente uno de los hechos más emotivos que me tocó atravesar”, expresó Roberto, destacando la importancia de mantener estas tradiciones vivas.
Además, el Concejo Deliberante del departamento de Capital, entregó una mención especial a Noelia Chumbita, hija de Roberto, por su labor en el feminismo indígena y la preservación de la ancestralidad.
Roberto también realizó una limpieza y sahumado a los presentes, incluyendo nuestro móvil de exteriores, quien sostuvo: “Se sintió como una energía tendiente a sumarse, como que había voluntad de sumarse a esa ceremonia más que a resistirse de alguna forma”. Roberto tomaba agua cada tanto para recuperar la energía y continuar con la ceremonia, que comenzó alrededor de las 10:35 y se extendió por unos 10 minutos.
Para aquellos interesados en participar en futuras ceremonias o aprender más sobre estas tradiciones, la familia Chumbita invita a todos a unirse y compartir desde lo más profundo del corazón.
