El personal de planta permanente del Hospital Garrahan, uno de los centros de salud pediátrica más importantes del país, se encuentra al borde de una nueva medida de fuerza. Este miércoles, la Asociación Civil de Profesionales y Técnicos junto a ATE Garrahan impulsan un paro de 24 horas, que podría ratificarse este martes en una asamblea general.
Georgina Duarte, enfermera pediátrica y presidenta de la Asociación, explicó que la protesta responde a la falta de respuesta del Gobierno Nacional y de las autoridades del hospital frente al deterioro salarial acumulado en los últimos dos años. “Nuestros sueldos están congelados desde hace más de un año y medio. Los aumentos otorgados fueron insignificantes frente a la inflación: 1,3% mensual en los últimos tres meses, mientras solo en marzo la inflación fue del 6%”, señaló.
En medio de una conciliación obligatoria que aún no arroja resultados, el clima entre los trabajadores es tenso. Duarte detalló que el jueves está prevista una nueva reunión con autoridades, aunque la última fue frustrante: “Fuimos y no se presentó nadie del otro lado”.
La dirigente gremial remarcó que el reciente anuncio del Gobierno Nacional sobre mejoras salariales fue exclusivamente para médicos residentes —dependientes del Ministerio de Salud— y no para el personal de planta del hospital. “Un enfermero cobra hoy un básico de alrededor de 700 mil pesos, muy por debajo de la canasta familiar. Y muchos, como yo, no pueden cubrir el alquiler”, relató Duarte, quien con 58 años enfrenta la disyuntiva de buscar otro trabajo debido al deterioro de sus ingresos.
Además del paro, los trabajadores organizarán un festival en la puerta del hospital con la presencia de músicos y artistas. La consigna que circula entre los pasillos del Garrahan es tan directa como emotiva: “El hospital estuvo para el país, ahora el país tiene que estar para el hospital”.

Duarte también denunció el amedrentamiento y las amenazas de parte de la dirección del hospital, y defendió el derecho a huelga como una conquista histórica del movimiento obrero: “No pueden echar a nadie por adherirse a una medida de fuerza. Eso es ilegal y atenta contra nuestros derechos fundamentales”.
En medio de la crisis, el Hospital Garrahan sigue funcionando. El personal mantiene su compromiso con la salud pública, aunque las condiciones laborales se vuelvan cada vez más adversas. “Seguimos eligiendo trabajar en este hospital maravilloso, aun cuando nos cuesta cada día un poco más. No queremos privilegios, sólo salarios dignos para cuidar a los chicos como ellos merecen”, concluyó Duarte.