Denuncian el vaciamiento del PAMI y la corrupción sistemática que lo atraviesa

En medio de una serie de movilizaciones convocadas para hoy, 9 y 14 de mayo, los jubilados que utilizan el PAMI, la mayor obra social de América Latina, continúan denunciando el grave deterioro y la corrupción que afectan a la institución. La problemática no es nueva: todos los gobiernos, sostienen los afectados, han hecho del PAMI una fuente de nombramientos para amigos, saqueos y negocios oscuros.

Eduardo Martínez, integrante del Plenario de Trabajadores Jubilados, expresó con claridad: “El PAMI, como obra social, recibe unos 5 mil millones de pesos al año, y ha sido convertido en un botín político y económico. La razón es simple: los negocios que se hacen son multimillonarios. Desde licitaciones de ambulancias hasta compras en laboratorios, todo está plagado de irregularidades y negociados”.

Martínez explicó que en muchas provincias, como La Rioja, se contratan empresas de ambulancias que, en su mayoría, fácilmente podrían ser beneficiadas por intereses políticos. La evidencia, dice, indica que estas empresas ganan licitaciones con precios inflados, pagando sobornos o generando ventajas económicas a los que las auspician. Lo mismo sucede con clínicas y laboratorios, donde se pagan precios desmesurados por medicamentos y servicios, en una lógica que favorece a unos pocos en detrimento de la salud de los jubilados.

Denuncian que, en muchos casos, los medicamentos se compran a precios que superan en cuatro o cinco veces su valor real, una situación que, sostiene Martínez, alertó incluso a los propios laboratorios, y que evidencia que todo el sistema está al revés: “Si tenemos un pedido para 5 millones de afiliados, los precios tendrían que discutirse en igualdad de condiciones, y en realidad eso no pasa. Aquí todo está manipulado”.

Por todo ello, el plenario exige la apertura de los libros del PAMI, cárcel para los responsables de estas irregularidades y, fundamentalmente, que los jubilados, que siempre hemos financiado la obra social, la dirijamos en nuestras propias manos. “Vamos a presentar ante el Congreso y las puertas del PAMI un programa de denuncia en caliente, y convocamos a una concentración más grande para el 14 de mayo”, anunció Martínez.

Otra problemática que agobia a los jubilados es la grave situación de los derechos sociales y las prestaciones. La pérdida del poder adquisitivo de sus haberes es evidente: con el último ajuste, argumentan, el aumento fue solo del 3,7 %, mientras que la canasta básica aumentó un 5,9 %, lo que representa una caída en la capacidad de compra. La jubilación mínima, que fue recortada drásticamente en los últimos años, hoy no alcanza para cubrir necesidades básicas, y las pensiones, en muchos casos, están en riesgo de desaparición total.

Martínez sentenció: “el ajuste que nos están haciendo es un genocidio silencioso”. La discusión en el Congreso sobre la eliminación de la moratoria y los cambios en la fórmula de jubilaciones profundiza esta problemática, con números que muestran que nueve de cada diez mujeres no alcanzan los 30 años de aportes, y siete de cada diez hombres están en la misma situación, lo que lleva a la posible desaparición del sistema jubilatorio público.

El también expresó su rechazo a los argumentos que pretenden justificar pagar jubilaciones a quienes nunca aportaron, aclarando que la mayoría de los trabajadores, especialmente en la juventud, están en la informalidad, en negro, o en evasión, lo cual agrava el problema: “Muchos de nosotros, los que aportamos, tenemos años de aportes pendientes, y no solo por evasión, sino también por la precarización laboral, donde muchas empresas hacen trabajo en negro”.

En este marco, Martínez reclamó que toda esta situación se sancione con cárcel para los responsables y que los jubilados asuman el control de su destino, pues somos quienes financian con nuestro esfuerzo esta obra social que hoy está en crisis.

Por último, en referencia a la situación social y económica en general, criticó que los ajustes y recortes del gobierno están ajustando a los jubilados, mientras los valores de la inflación y los precios de alimentos y medicamentos, según su percepción, son inflados artificialmente: “El aumento real de las jubilaciones está muy por debajo de la inflación, y el bono que nos dan desde hace años está congelado. Esto hace que perder capacidad de compra sea el efecto principal”.

YouTube player
Compartí en las redes
WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE