Desafíos en la OSUNLaR: un paso hacia el orden institucional

La situación financiera de la obra social de la Universidad Nacional de La Rioja (OSUNLaR) sigue siendo compleja y requiere esfuerzos constantes para ordenar y reducir sus deudas acumuladas. Gabriela Brizuela, interventora de la institución, explicó que la deuda actual es un fenómeno dinámico: «Es una deuda que pagás hoy y mañana vuelve a subir», afirmó, resaltando que la obra social continúa facturando constantemente y que los valores se mantienen en un proceso de fluctuación. La clave, sostuvo, es evitar que las deudas se vuelvan atrasadas e impagables.

Brizuela detalló que, en el pasado, los pagos a los prestadores se hacían en plazos cortos: “Antes pagábamos a los 15 días de presentar la factura y, en 30 días, el resto”. Sin embargo, en la actualidad, en algunos casos, las facturas se pagan con atraso de hasta un año. Esto ocurrió porque, muchas veces, los pagos se realizaban en fragmentos y con retrasos, generando un escenario de incumplimiento crónico. Para el próximo Consejo Superior, la gestión presentará un informe completo de todas las deudas saldadas con fondos obtenidos mediante financiamiento, con documentación que respalde cada pago—facturas, comprobantes y órdenes de pago—en línea con los compromisos asumidos y la transparencia que buscan impulsar.

Brizuela aseguró que “la estamos poniendo en orden”, aunque aclaró que esto requiere compromiso y responsabilidad de todos los sectores involucrados. La prioridad, afirmó, es mantener al día la liquidación de las deudas, evitar que se acumulen atrasos y disminuir las irregularidades que puedan afectar la estabilidad de la obra social. “Vamos a salir adelante, pero hay que cuidar todos desde no prestar el carnet de manera irregular, evitar sobreprestaciones y ser responsables en el uso de los recursos,” enfatizó.

Uno de los temas de gran preocupación es el uso del carnet de afiliado. La interventora explicó que actualmente el carnet no cuenta con una imagen del titular, lo que facilita irregularidades como la prescripción de medicamentos o autorizaciones para terceros y dilemas éticos o legales asociados. Se han detectado casos donde empleadas de casas particulares, amigos o familiares hacen uso del carnet para obtener medicamentos o atención en forma fraudulenta. La gestión trabaja en implementar una ley nacional que promueve el uso de la receta digital, que incluirá sistemas de token e identificación electrónica, para garantizar mayor normalización y seguridad en las prestaciones.

Respecto a la problemática de las irregularidades en el uso del carnet, Brizuela dejó en claro que se trata de una ley que busca regularizar y digitalizar el proceso, pero que todavía hay debates en el sector y cierta resistencia que puede “hacer la ley, pero también puede hacer la trampa”. La percepción es que, si bien estas disposiciones favorecen un funcionamiento más transparente, existe siempre la tentación de vulnerar los controles, por lo que la implementación de tecnologías modernas será fundamental para evitar fraudes.

En conclusión, la intervención actual trabaja arduamente para ordenar la situación financiera, reducir deudas y combatir irregularidades en el uso del carnet, enfatizando que estos pasos son esenciales para garantizar la sostenibilidad y la confiabilidad de la obra social. La meta final es que, en unos pocos meses, la OSUNLaR vuelva a estar en un estado funcional y solvente, reafirmando así su compromiso con los afiliados.

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