Se llama “Poblaciones” y posibilita la consulta, visualización y carga de información georreferenciada obtenida a través de investigaciones sociales.
La materia prima es la información georreferenciada: datos cartográficos sobre cuánta gente vive en cada región del país, mapas de climas, accesibilidad a la salud, resultados electorales, niveles de cobertura de servicios públicos. Toda esa información que solía archivarse una vez utilizada o perderse en la marea digital. “La información georreferenciada es importante para entender el mundo que nos rodea pero también el de la literatura o la historia. Asimismo, nos ayuda a entender el presente pero también el pasado”, explica la investigadora del CONICET Gimena del Rio, que pertenece al Instituto de Investigaciones Bibliográficas y Crítica Textual (IIBICRIT, CONICET) y, junto a un equipo científico conformado por profesionales del campo de la sociología y la geografía, integran Poblaciones, una proyecto sobre datos espaciales de la Argentina que posibilita la consulta, visualización y carga de información georreferenciada, para que todos los datos que se generan en investigaciones puedan servir para nuevas interpretaciones sobre las temáticas sociales que atañen al país.
Poblaciones es una iniciativa conjunta entre investigadores del CONICET y el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), cuyo objetivo es “facilitar la publicación y la libre circulación de información pública y de resultados de investigación social de carácter espacial”. Para eso, tal como se señala en su página web, pone a disposición de equipos de investigación, dependencias estatales y personas individuales la plataforma para publicar, consultar y descargar información georreferenciada.
“Tener información humana, social, georreferenciada permite dimensionar muchas problemáticas y situaciones en toda su extensión: entendiendo mejor algunos procesos (actuales o históricos), y ayudando a saber en algunas cuestiones de política pública dónde es que conviene intervenir primero”, señala Pablo De Grande, investigador del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador (IDICSO-USAL, CONICET) y parte del equipo que coordina la iniciativa. “Con la pandemia de la COVID-19, empezamos a ver muchos mapas en los medios de comunicación: cómo viajan las personas, dónde están los grupos de riesgo, dónde los contagios. Eso no es específico de lo sanitario: nuestra posibilidad de entender un fenómeno es con mucha frecuencia entender un proceso en un espacio geográfico”.
Tanto del Río como De Grande se aproximan, cada uno desde su disciplina, a lo georreferenciado. En el caso de del Río, como doctora en filología románica ella se dedica, desde 2013, al campo de las Humanidades Digitales: un área de investigación donde se utilizan las tecnologías digitales y/o computacionales –como bases de datos, ediciones digitales de textos literarios, visualizaciones, cartografías digitales, análisis de redes, minería de textos- para objetos de estudio de las Humanidades. A partir de 2017, se volcó de lleno a editar, minar, georreferenciar y cartografiar distintos textos argentinos que oscilan entre lo cronístico y el relato de viajes.
En el caso de De Grande, si bien su tema de investigación principal como sociólogo en el CONICET tiene que ver con formas de cuidado infantil y de organización familiar, la relación entre mapas e información social siempre le fue necesaria: “En mi línea de trabajo es fundamental poder evaluar y producir resultados que permitan vincular las estrategias y modos de organización con que se involucran las familias, con su distribución espacial y su interacción con otros fenómenos que también se dan en el espacio. Esto puede llevarte a observar la disponibilidad o ausencia de servicios básicos, la composición demográfica de la población, la forma de los caminos, los contrastes socioculturales, o a cómo son los sistemas educativos y de salud en cada región”, dice.
Mucho más que un mapa
La idea de lanzar esta plataforma surgió en 2015, cuando Pablo De Grande junto con Agustín Salvia (investigador superior del CONICET y director del Observatorio de la Deuda Social Argentina) identificaron un gran potencial en los datos públicos sociales georreferenciados que comenzaban a estar disponibles.
“Los datos permitían tener información focalizada, a veces casi a nivel de una manzana. Además de los datos censales, estaba el mapa educativo, mapas sobre la distribución de centros de salud, mapas de recursos culturales, y sin embargo, ningún sitio web permitía ver todas estas fuentes en simultáneo. Muchos grupos de investigación, efectores de gobierno y público en general podían tener interés en ver estos indicadores, pero para hacerlo era necesario tener conocimiento de herramientas de análisis de información geográficas, que muchas veces solo los geógrafos manejan”, recuerda De Grande.
Poblaciones surgió como un espacio de trabajo donde los y las investigadoras pueden navegar “sin necesidad de tener una competencia altísima en el manejo de herramientas digitales, por ejemplo, pero también era la oportunidad para construir comunidad”, indica del Río. Es que durante el armado de la web, los investigadores se dieron cuenta que no solo era necesario subir ellos información pública a la web: “La plataforma no solamente tenía que permitir consultar muchas fuentes a la vez, sino que todos los usuarios o grupos de investigación que participaran tenían que poder en forma autónoma preparar datos y mostrarlos en la herramienta –recuerda De Grande-. No había un software que reuniera todas las características que necesitábamos, así que comenzamos el desarrollo desde cero, utilizando en todo lo que se pudiera componentes de código abierto que ayudan a tener un resultado más maduro. De esa forma llegamos a la primera versión en 2019, en la que teníamos un conjunto bastante completo de datos abiertos, montados sobre una plataforma propia hecha en código abierto y disponible online”.
Ese año coincidió con la firma de un convenio específico de Investigación y Desarrollo bianual, entre el CONICET y la Universidad Católica, para el desarrollo de la plataforma, que dio un marco institucional al trabajo que se venía realizando. El equipo que llevó adelante el desarrollo se compuso no solo por sociólogos, sino que también se incorporaron geógrafos e investigadores del campo de las humanidades digitales. “En la composición preponderamos aun los sociólogos, que es una disciplina que desde sus inicios estuvo siempre comprometida con la necesidad de pensar los problemas sociales teniendo presente -como una fuente entre varias- a la estadística pública y a la información cuantitativa en general. Sin embargo, hay muchas disciplinas que piensan al ´mapa´ y a la información espacial desde otros criterios. Pienso por supuesto en la geografía, que son quienes por excelencia han siempre sistematizado eso, pero también en los mapeos comunitarios, y en los circuitos por dónde transitan diariamente las poblaciones que muchas etnografías permiten reponer desde trabajos de antropología e historia”, señala De Grande.
Lo interdisciplinar les permitió buscar “los mejores modos de hacer conversar textos y mapas y la organización de información para que pudiera estar accesible para su descarga, la armonización de datos geoespaciales o georreferenciados desde nuestras diversas disciplinas”, explica de Río. Hoy, al decir de la investigadora del IIBICRIT, “quienes llegan a Poblaciones no llegan solo a un sitio web, llegan a un entorno donde pueden trabajar de manera independiente o entrar en contacto con otros investigadores y con sus datos. Nosotros trabajamos con los equipos o personas que solicitan ayuda, organizamos talleres que están luego en acceso abierto desde nuestro sitio, y ofrecemos distintas instancias de intercambio y consulta cuando es necesario”.
En 2021, el Convenio marco está siendo prorrogado, reflejando la continuidad que tiene el proyecto para el CONICET y para el Observatorio de la Deuda Social Argentina, incorporándose ahora investigadores de otros centros, como el CEUR del CONICET (Centro de Estudios Urbanos y Regionales) y del Programa de Transporte y Territorio (PTT) de la Universidad de Buenos Aires.
En la página de Poblaciones.org, se puede acceder a información disponible de fuentes oficiales y relevamientos de organizaciones de la sociedad civil: hay desde mapas con la Red EcoBici de Ciudad Autónoma de Buenos Aires hasta la cartografía de la novela de Adolfo Bioy Casares, La aventura de un fotógrafo de La Plata (1985). “Además, queremos mantener abierta y en crecimiento a la comunidad de usuarios: hacer que quienes tienen información relevante sepan que la pueden publicar Poblaciones, que no solamente es gratuita, sino que insume poco tiempo y que los autores reciben todo el reconocimiento que corresponde en términos de autoría y referencias institucionales –subraya del Río-. Y finalmente otro punto importante es el impacto: no solamente interesa que la información esté, sino que llegue a los actores apropiados, tanto de áreas del Estado como de la sociedad civil. Para ellos, buscamos establecer convenios y actividades específicas que hagan que puedan aprovecharla y volcar toda la información que crean conveniente poner en circulación, para que sea tenida en cuenta y usada por el resto de la comunidad de usuarios”.
Fuente: http://www.conicet.gov.ar