La terminal aérea había quedado casi inoperativa desde que las fuerzas estadounidenses terminaran su caótica retirada el 30 de agosto. Este lunes, 70 personas viajaron a Pakistán desde el aeropuerto internacional de la capital afgana.
Kabul recuperó parte de su actividad normal con la reanudación de los vuelos comerciales desde su aeropuerto internacional, mientras se espera que el Gobierno de transición de los talibanes anuncie su formación definitiva, en medio de la desconfianza global frente a las promesas de la milicia de respetar los derechos de minorías y mujeres.
Un avión de la compañía paquistaní PIA se convirtió este lunes en el primer vuelo comercial internacional en aterrizar y despegar desde el aeropuerto Hamid Karzai de Kabul, capital de Afganistán, tras la toma del poder por parte de los talibanes el 15 de agosto.
La terminal aérea había quedado casi inoperativa desde que las fuerzas estadounidenses terminaran su caótica retirada el 30 de agosto, en medio de una frenética operación de evacuación que permitió sacar a más de 120.000 personas del país.
Durante esos días, un atentado el 26 de agosto perpetrado por el brazo local del grupo yihadista Estado Islámico (EI) mató a más de 100 personas en el aeropuerto, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
Desde el último día de la evacuación las nuevas autoridades afganas trataban de ponerlo nuevamente en funcionamiento con la asistencia técnica de Qatar y otros países, luego de que las salas de espera, las pasarelas de embarque y otra infraestructura técnica habían quedado seriamente dañadas.
Finalmente, el vuelo de PIA procedente de Islamabad aterrizó este lunes sobre las 10.30 locales (3 de la Argentina), antes de despegar de regreso a la capital paquistaní.
Unas 70 personas se encontraban a bordo del vuelo hacia Islamabad, la mayoría afganos que eran familiares de personal de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, según fuentes aeroportuarias citadas por la agencia de noticias AFP.
«Estoy siendo evacuado. Mi destino final es Tayikistán», dijo una mujer de 35 años empleada del Banco Mundial que no quiso revelar su identidad.
El vuelo que aterrizó en Kabul llegó prácticamente vacío: «Casi no había nadie, unas 10 personas (…), quizá más miembros de la tripulación que pasajeros», señaló un viajero.
La reanudación de los vuelos comerciales es una primera señal de normalización económica del país y una prueba para los talibanes que, en repetidas ocasiones, prometieron que dejarán marchar libremente a los afganos con la documentación en regla.
Varios miembros de la OTAN reconocieron que no tuvieron tiempo de evacuar a miles de afganos en riesgo antes del plazo del 31 de agosto establecido por los estadounidenses para dejar el país.
Una aerolínea afgana había reiniciado los vuelos domésticos el 3 de septiembre.
Muchos afganos temen represalias por ayudar a las potencias extranjeras durante los 20 años de ocupación de Estados Unidos y sus aliados, aunque los talibanes prometen una amnistía general, incluyendo a las fuerzas de seguridad contra las que lucharon.
Los talibanes prometieron un régimen más tolerante al impuesto entre 1996 y 2001, pero han enviado señales contrarias como la de prohibir manifestaciones no autorizadas o disparar al aire para disolver protestas.
Mientras el mundo espera la conformación del Gobierno talibán, que por ahora sólo es provisional, la preocupación por la situación interna crece en el mundo.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, inauguró la conferencia internacional sobre la situación humanitaria en el país asiático advirtiendo que afronta sus «horas más peligrosas» y necesita más ayuda internacional para superarlas.
«Es el momento de que la comunidad internacional esté con ellos», dijo Guterres, quien recordó que antes de la llegada al poder de la milicia radical, el país ya experimentaba «una de las peores crisis humanitarias globales».
La ONU asignará 20 millones de dólares para apoyar la operación humanitaria en Afganistán del Fondo Central de Respuesta a Emergencias, anunció.
Este lunes la Alta Comisionada por los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, se mostró «decepcionada» por la falta de diversidad del Gobierno de los talibanes y «preocupada» por el trato a las mujeres y la disidencia.
«Estoy decepcionada por la falta de inclusión en lo que llaman el Gobierno de transición, que no incluye a ninguna mujer y pocos miembros no pastunes», señaló Bachelet en la apertura de la 48ª sesión del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Bachelet precisó que al menos 142 civiles, incluidos 12 menores, murieron en el atentado suicida del 26 de agosto cerca del aeropuerto de Kabul.
También Irán criticó al Gobierno provisional de los talibanes, formado la semana pasada en Afganistán, por no ser representativo de toda la población del país.
«Ciertamente no es el Gobierno inclusivo que esperaban la comunidad internacional y la República islámica de Irán», dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Said Khatibzadeh.
«Realmente debemos esperar y ver cómo responden los talibanes a las peticiones internacionales», añadió durante una conferencia de prensa en Teherán, informó AFP.
Los talibanes proclamaron la semana pasada un Gobierno provisorio, integrado por completo por hombres, en su mayoría de la etnia pastún, y controlado por viejos miembros del movimiento islamista fundamentalista.
Irán, que comparte más de 900 kilómetros de frontera con Afganistán, alberga a casi 3,5 millones de afganos y le preocupa una eventual nueva afluencia de refugiados.
Fuente: http://www.telam.com.ar