La preocupación por la salud infantil vuelve a estar en primer plano, y el Dr. Salomón Danon, reconocido pediatra, advierte que el aumento progresivo de casos de sobrepeso y obesidad en niños y niñas es una problemática que no solo afecta su etapa infantil, sino que tiene graves repercusiones a largo plazo.
En una entrevista vía Meet con el Multimedio UNLaR, el médico explicó que las cifras en la actualidad son alarmantes: aproximadamente el 35% de los niños atendidos en el centro de salud San Vicente presentan sobrepeso u obesidad, una tendencia que se mantiene vigente desde hace más de una década. “Es una realidad que, lamentablemente, no se ha frenado”, afirmó.
El Dr. Danon resaltó que los niños obesos tienen altas probabilidades de mantenerse así en su adultez, lo que incrementa significativamente el riesgo de desarrollar patologías graves. “Hablamos de una progresión donde el peso normal se va elevando, y en ese proceso, aparecen alteraciones como el síndrome metabólico y resistencia a la insulina”, explicó. Estos trastornos pueden llegar a afectar incluso a niños de 12 y 13 años con diabetes tipo 2, una enfermedad que históricamente se asociaba solo con adultos mayores.
El especialista alertó que, si no se toman medidas preventivas, la obesidad infantil puede desembocar en problemas como cáncer, enfermedades óseas, hormonales y cardiovasculares en la adultez. “Un niño con sobrepeso tiene muchas más chances de ser un adulto con enfermedades crónicas, una suerte de escalera que se va recorriendo paso a paso a lo largo de los años”, advirtió.
El análisis del Dr. Danon revela que las causas de esta epidemia son múltiples y se manifiestan en diferentes ámbitos. Uno de los factores clave es el sedentarismo, potenciado por la disminución de espacios para jugar en las escuelas y en los hogares, y la falta de lugares cercanos para hacer actividad física. “Antes jugábamos en la calle, en la plaza, en baldíos. Ahora, todo eso quedó atrás, y los niños pasan muchas horas con pantallas, en actividades sedentarias”, afirmó.
Además, la influencia de los medios de comunicación y la oferta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas continúan alimentando esta tendencia. “En los kioscos, por ejemplo, hoy se ofrecen muchas más opciones de alimentos hiperprocesados y con alto contenido de azúcar, muchas veces a escondidas de los mismos padres”, añadió.
Un aspecto fundamental que resaltó el Dr. Danon es la importancia de la educación y la conciencia en las familias. Muchas veces, los familiares consideran normal o incluso saludable que un niño sea más gordito o que los niños flacos estén mal alimentados. La desinformación y los mitos, como que un niño con sobrepeso “pegará el estirón” en algún momento, dificultan la identificación temprana del problema.
El especialista insiste en que no es normal que los niños no puedan salir a jugar, que calmen su ansiedad con comida o que pasen horas en pantallas. La clave está en reconocer que el exceso de peso en la infancia es una enfermedad que requiere atención y que puede prevenirse con hábitos adecuados.
Danon aconseja que desde edades tempranas se deben establecer límites en la alimentación y promover la actividad física. “A los 2 o 3 años, hay que empezar a cambiar hábitos, restringir alimentos ultraprocesados y aumentar el juego activo”, recomendó.
Asimismo, propone que docentes y entorno escolar se involucren en la promoción de hábitos saludables, como garantizar la venta de fruta en kioscos escolares y limitar la oferta de alimentos ricos en grasas y azúcares. La colaboración entre familias, escuelas y comunidades es esencial para lograr cambios efectivos.
El especialista enfatizó que la prevención requiere compromiso y disciplina tanto desde el hogar como en las instituciones educativas. “Hay que entender que esto no es solo un problema individual, sino un problema de salud pública. La educación es la clave para lograr que los niños entiendan que no es normal estar fuera de su peso y que estos hábitos les afectarán toda la vida”, concluyó.
