La muestra tiene como objetivo este año, según destaca su directora Julieta Zarankin, «encontrar lo positivo de no estar limitados por el espacio físico y así poder llegar a toda Alemania».
La séptima edición del «Festival Invasión», que originalmente llevaba el cine argentino a Berlín, tiene como objetivo este año, según destaca su directora Julieta Zarankin, adaptarse al cambio de formato al que obliga la pandemia y «encontrar lo positivo de no estar limitados por el espacio físico y así poder llegar a toda Alemania».
Esta nueva edición comenzará este viernes y se llevará a cabo hasta este domingo con la presentación de ocho largometrajes, tanto de ficción como documental, que se verán en idioma original con subtítulos en inglés.
El festival es «referente del cine argentino en Alemania. Es un lugar de encuentro, un espacio para ver buenas películas y charlar sobre ellas. Y también escuchar castellano con acento argentino», expresa Zarankin en entrevista con Télam.
Este encuentro, que se realiza desde 2014, difunde películas que si bien en muchos casos recibieron reconocimiento internacional, rara vez llegan a las pantallas alemanas.
La elección de las películas incluye obras que tocan de manera singular y con una mirada personal aspectos como la amistad, el poder, la crueldad, la tragedia y la construcción de lo femenino, entre otras temáticas.
«Planta permanente» (2020), de Ezequiel Radusky; «Las Mil y Una» (2020), de Clarisa Navas; «Los Posibles» (2013), de Santiago Mitre y Juan Onofri Barbato; «El Perro Molina» (2014), de José Campusano; «El movimiento» (2015), de Benjamín Naishtat; «Las lindas» (2016), de Melisa Liebenthal; «El futuro que viene» (2017), de Constanza Novick; y «Las facultades» (2019), de Eloísa Solaas; son los títulos que conforman la programación 2020.
Los espectadores podrán ver las películas en el sitio web www.invasionberlin.com y el streaming será a través de la plataforma Vimeo On Demand.
«Este año le pedimos a cada uno de los directores y directoras de las películas seleccionadas de las ediciones pasadas que prepararan videos presentándolas»
JULIETA ZARANKIN
Télam: ¿Cómo fue la organización de esta edición en el marco de la pandemia?
Julieta Zarankin: Solemos empezar con la planificación del festival un año antes porque así son los tiempos de los fondos de apoyo del gobierno de Berlín. A fines de 2019 teníamos planes concretos de hacer «Invasión» en el cine en Berlín, en Frankfurt y estábamos en tratativas con otras ciudades alemanas. También teníamos pensado avanzar con la retrospectiva de una directora alemana en Buenos Aires, algo que había quedado pendiente el año pasado. Con el comienzo de la pandemia en marzo todos los planes empezaron a tambalear. En Berlín los cines se cerraron y se volvieron a abrir en el verano, junto con los bares, restaurantes y museos y aunque vivimos un tiempo de relativa «normalidad», el fantasma de la segunda ola ya estaba presente y tomamos la decisión de organizar esta edición de forma totalmente online para no correr el riesgo de quedarnos en el aire. La decisión fue la correcta, porque hoy los cines en Alemania están cerrados y, en principio, no se sabe cuándo reabrirán.
T: ¿Qué tuvieron en cuenta para la elección de los invitados de este año?
JZ: Este año le pedimos a cada uno de los directores y directoras de las películas seleccionadas de las ediciones pasadas que prepararan videos presentándolas. Por otro lado, este viernes vamos a hacer en vivo un «Preguntas y Respuestas» con el público a través del chat, después de la primera pasada de «Planta permanente» con el director, Ezequiel Radusky, la actriz protagonista Liliana Juarez, y la vestuarista Sandra Fink. Lo mismo ocurrirá el sábado con Clarisa Navas, luego de pasar la película «Las Mil y una».
T: ¿Qué particularidades tiene esta séptima edición?
JZ: Si lo pensamos de forma positiva, aunque nos encante juntarnos en el cine, esta edición en su formato online nos da la posibilidad de llegar a lugares nuevos en Alemania. Los costos de organización también son otros, por lo cual podemos darnos el gusto de ofrecer seis películas del programa de forma totalmente gratuita durante todo el fin de semana y las entradas para las dos películas nuevas tienen un precio accesible, un tercio de lo que costaría ir a verlas al cine.
T: ¿Qué cambió a lo largo de estos siete años del festival en cuanto al público que participa y a la propuesta que ofrecen?
JZ: El primer año elegimos diez películas que proyectamos en el mítico cine Babylon y que funcionaron como disparadores para otras actividades culturales, como muestras de arte, lecturas, conciertos y performances, entre otras. Fue un mes entero de cultura argentina por todo Berlín. Teníamos la convicción de sentir que la calidad y variedad del cine producido en Argentina iba a encontrar un público en esta ciudad y las propuestas culturales relacionadas ampliaron también el abanico de público.
Con el paso de los años nos fuimos concentrando en el cine contemporáneo y en el 2016 pudimos concretar la idea de un intercambio cultural entre Berlín y Buenos Aires, apoyados por el gobierno de Berlín, organizando la primera retrospectiva de Ángela Schanelec en Buenos Aires, con la directora presente, en cooperación con el Goethe Institut y la Fundación Cinemateca Argentina. El año pasado repetimos la experiencia del ciclo con tres cineastas berlineses (Thomas) Heise, Schanelec y (Anna Sofie) Hartmann, en la Sala Lugones. Luego, a partir del 2017, empezamos a llevar el festival a las ciudades de Múnich, Wiesbaden, Karlsruhe y Frankfurt.
Creo que con el tiempo nos fuimos afianzando como referentes, programando en idioma original películas innovadoras del cine nacional y el festival se ha ido convirtiendo en un punto de encuentro.