El mundo del fútbol entró en estupor: a los 85 años falleció César Luis Menotti, el refundador de la Selección Argentina y el entrenador de aquel equipo inolvidable que conquistara la Copa del Mundo en 1978, la primera de las tres estrellas.
El Director de Selecciones Nacionales de la AFA, el último cargo oficial que ocupó, estaba internado desde hace algunos días en el Sanatorio Agote, en la ciudad de Buenos Aires, luego de haber padecido una anemia severa.
La influencia de Menotti en el devenir del fútbol argentino de los años ’70 en adelante resultó preponderante. Acaso lo profesionalizó y lo convirtió en potencia internacional como ningún otro en ningún rincón del planeta.
En pocas palabras: hay un antes y un después de Menotti. Antes de su irrupción como entrenador de la Selección Argentina, jugar con la camiseta nacional representaba un desprestigio para los futbolistas de elite. A partir de su llegada todo cambió y sigue su camino hasta la actualidad: ponerse la camiseta de la Selección no tiene parecido con ningún otro logro para cualquier futbolista argentino.
El Mundial de 1978, en la Argentina, originó el inicio de la era de la Selección como potencia a nivel planetario. Desde aquella conquista, que tuvo lugar luego del triunfo 3-1 ante Holanda en la final en el estadio Monumental, nada volvió a ser igual.
Mucho antes había tenido una trayectoria de diez años como futbolista. Desde su debut en Rosario Central, en 1960, hasta su retiro en el Clube Atletico Juventus de Brasil, en 1970. Su calidad como mediocampista tuvo paso por otros clubes como Racing, Boca, New York Generals y Santos de Brasil.
Pero su aporte al fútbol, a la verdadera revolución en su época, la hizo como pensador, como entrenador y como mentor de una manera de jugar que enamoró a los amantes del deporte. Lo hizo, por ejemplo, con el recordado Huracán campeón del Metropolitano de 1973, con un equipo de despliegue exquisito, sobre todo durante la primera rueda del certamen.
Hasta el propio Pep Guardiola, otro gran entrenador que modificó la matriz del fútbol a nivel internacional con su mítico Barcelona, reconoció la influencia que tuvo Menotti en su formación.
“El otro día estuve con Menotti y tengo la apreciación de que habla de fútbol con la pasión y el entusiasmo que tenía con 39 años, cuando fue campeón del mundo. Sigue siendo como un revolucionario de lo que le gusta», contaba el técnico catalán tres años atrás, sobre uno de los tantos encuentros que tuvo con el Flaco. Se fue, sin dudas, un indispensable que habrá dejado una huella indeleble.