La situación del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en Argentina genera inquietud entre sus trabajadores y las comunidades que dependen de sus servicios, ante la posible modificación de su personería jurídica y la amenaza de desmantelamiento de sus sedes provinciales.
En contacto exclusivo con Javier Tineo, trabajador del INTI y conocedor de la problemática, se reveló que desde el inicio de la gestión del actual Gobierno Nacional existe una constante amenaza a la existencia y autonomía del organismo. La sanción de la ley «Bases», el 8 de julio del año pasado, ha sido un punto de inflexión, ya que en su primer aniversario vence este martes y, con ello, la potestad para avanzar en diversas medidas que podrían transformar radicalmente la estructura del instituto.
Tineo explica que el INTI forma parte del Sistema Científico Nacional, junto a organismos como el INTA, el CONICET y distintas universidades, todos ellos descentralizados y con autonomía financiera, pero bajo dependencia del Estado. La posible modificación de la personalidad jurídica del INTI —que aún no ha sido detallada en el decreto que se espera sea publicado— pone en jaque la existencia misma del organismo, afectando sus sedes en distintas provincias, incluida La Rioja.
En esa región, la situación afecta directamente a 10 trabajadores, incluyendo becarios, personal de planta permanente y transitoria, quienes enfrentan un panorama de incertidumbre y angustia. La amenaza de que el organismo deje de ser federal, perdiendo su carácter de servicio a las comunidades, preocupa profundamente a los empleados y a las pequeñas industrias que junto a él trabajan en la región.
A nivel nacional, el INTI cuenta con aproximadamente 2,300 empleados y más de 40 sedes distribuidas en todo el país. Entre sus funciones clave están la verificación de instrumentos de control, como alcoholímetros y balanzas, y la asesoría técnica a pequeñas y medianas empresas, que representan el 80% de la economía argentina y que necesitan del apoyo del Estado para su crecimiento.
El impacto de cualquier cambio no solo afectaría a las estructuras institucionales, sino también a las familias y comunidades que dependen de los servicios del INTI para garantizar la calidad y seguridad de productos y servicios en distintas industrias.
Javier Tineo sostiene que la verdadera intención del Gobierno parece estar vinculada a un modelo económico que favorece a grandes empresas y elimina la participación del Estado en la producción y la innovación, priorizando la flexibilización laboral y la reducción de costos para las grandes corporaciones, en detrimento de las pymes y la comunidad.
Frente a esta incertidumbre, los trabajadores del INTI en La Rioja y en todo el país continúan manifestando su preocupación y reclaman claridad sobre el rumbo del organismo, que desde hace casi 68 años ha sido un pilar fundamental para el desarrollo industrial y tecnológico de Argentina.