El Museo de la Ciudad inauguró la muestra «La Rioja y su gente», en homenaje al icónico fotoperiodista Negro Ávila, junto a una exposición de imágenes capturadas en los Talleres Integrales Artísticos Municipales (TIAM). Esta presentación, que coincide con el Día del Fotógrafo riojano, resalta el legado de Ávila en la fotografía local.
La muestra incluye 28 fotografías de Ávila, acompañadas por textos de David Gatica y otros colegas. Las imágenes narran el viaje de Ávila con Gatica, retratando la vida de comunidades vulnerables. «El Negro Ávila no solo fue un gran fotógrafo, sino un ser humano excepcional que buscaba conectar con las personas», comentó Natalia Díaz, subdirectora del museo. «Los invito a tomarse el tiempo para disfrutar estas fotos».
La exposición estará abierta hasta el 19 de octubre, cerrando con una celebración especial por el cumpleaños de Díaz el mismo día.
El museo también presenta una colección de fotografías de los participantes de los TIAM, que refleja la creatividad local. «Proporcionamos cámaras y un pequeño estudio, y los chicos no solo capturaron imágenes, sino que se involucraron profundamente en la experiencia», destacó Candelaria Rodríguez, parte del equipo del museo. «Sus ojos y la conexión que logramos están presentes en sus retratos».
Se realizó un ciclo de charlas arquitectónicas, incluyendo una sobre accesibilidad cultural. «Comenzamos a hablar sobre cómo integrar esta filosofía en nuestras actividades», explicó Díaz. Las fotografías cuentan con transcripciones en braille y códigos QR que ofrecen descripciones de audio, con obras a una altura accesible para todos.
Durante la inauguración, se destacó la recuperación del archivo de Ávila. «El proyecto comenzó hace un año, en colaboración con la Fototeca de AGRA. Estamos soñando con tener nuestra propia fototeca riojana», compartió Rodríguez. Este trabajo busca digitalizar 111 cajas de negativos, representando una parte fundamental de la historia periodística de La Rioja.
Ambas mujeres subrayaron la importancia de la conexión emocional y la inclusión. «Los chicos tenían una capacidad innata para acercarse y retratar a los demás», afirmó Rodríguez. «Fue una experiencia transformadora para todos», cerró Díaz.