La pandemia obligó al Santo Padre a desarrollar la ceremonia en la plaza de San Pedro y no en el Coliseo romano para evitar las aglomeraciones. Antes, presidió la celebración de la Pasión del Señor.
El papa Francisco presidió este viernes a la noche en la Plaza San Pedro su segundo Vía Crucis consecutivo sin público a causa de la pandemia de coronavirus, pero con la lectura de textos escritos por niños y jóvenes.
En 2020 el prelado confió a presos la lectura de textos sobre la Pasión de Cristo, desde su condena hasta la crucifixión y la puesta en sepultura, pero este año fue el turno de niños y adolescentes de un grupo scout y una parroquia romana que ayuda a los más necesitados.
A las 19 (14 de Argentina), ante una plaza desierta, la ceremonia se inició con la presencia del Papa, instalado frente a la basílica de San Pedro.
En total estaban presentes en esta ceremonia unas 200 personas, religiosos, niños e invitados que parecían un poco perdidos ante la inmensidad solemne de la plaza, señaló la agencia AFP.
A lo largo de las 14 estaciones que ilustran la Pasión de Cristo, escenificadas alrededor del obelisco que está en el centro de la plaza, los niños contaron anécdotas que muestran su vida cotidiana.
La pandemia que afecta al mundo desde hace más de un año estaba por supuesto muy presente.
En la novena estación, la que conmemora la caída de Jesús, una niña mencionó los cambios que el Covid provocó en su vida.
«Desde el año pasado no hemos vuelto a visitar a nuestros abuelos (…) ¡Me hacen falta! (…) A veces me siento sola. La escuela está cerrada», dijo.
“Querido Jesús, tú sabes que también nosotros, los niños, tenemos cruces, que no son ni más ligeras ni más pesadas que las de los adultos»
“Querido Jesús, tú sabes que también nosotros, los niños, tenemos cruces, que no son ni más ligeras ni más pesadas que las de los adultos, sino que son verdaderas cruces, que sentimos pesadas incluso por la noche. Y sólo Tú lo sabes y los tomas en serio. Sólo tú”, leyeron los niños al comienzo del Vía Crucis.
«Las cruces son el miedo a la oscuridad, a la soledad y al abandono, también por la pandemia, la experiencia de los propios límites, de las burlas de los demás, el sentimiento de ser más pobre que los compañeros, la pena por las peleas en la familia de papá y mamá», relataron.
Pero hay niños en el mundo que también sufren porque “no tienen comida, no tienen educación, son explotados y obligados a ir a la guerra. Tú, Jesús, estás siempre cerca de nosotros y nunca nos abandonas», concluyeron los niños.
«Ayúdanos cada día a llevar nuestras cruces como tú has llevado la tuya”, rezaron los niños junto al Sumo Pontífice.
El papa Francisco presidió este Viernes Santo la celebración de la Pasión del Señor en la Basílica de San Pedro con la participaron de unos 200 fieles, algunos cardenales, obispos y funcionarios del Vaticano, todos con el debido distanciados y con mascarilla para evitar la propagación del coronavirus, informaron fuentes vaticanas.
En la basílica, desprovista de ornamentos e iluminada tenuemente en consonancia con la sobriedad de la ceremonia, el Santo Padre se postró en el suelo delante del altar para orar durante unos minutos.
Tras algunos minutos de oración silenciosa, el pontífice se puso de nuevo de pie para la liturgia de la Palabra y el Evangelio de San Juan que relata la Pasión de Cristo.
En la oración universal de los fieles en la que este Viernes Santo se reza por la Iglesia, el Papa, los obispos, sacerdotes, los catecúmenos, los cristianos, los judíos, los que no creen en Dios y los gobernantes, Francisco elevó una especial petición por los enfermos de coronavirus.
De momento fueron vacunadas 800, de las 1200 previstas durante esta Semana Santa.
La primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 fue administrada en la tarde del miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano a más de un centenar de personas necesitadas de la residencia de las Misioneras de la Caridad de San Gregorio al Cielo y residentes en otras estructuras en Roma.
La iniciativa fue confirmada por un comunicado de la Oficina de Prensa de la Santa Sede y fue fuertemente deseada por el papa Francisco quien reiteró la importancia de que nadie quede excluido de la campaña de vacunación contra el coronavirus, especialmente los sectores más débiles de la población, los marginados, los excluidos y los que viven en las «periferias del mundo».