«Me encanta mirar. Si observas el mundo, es realmente bonito. Pero tienes que tener la cabeza clara, hay muchas cosas que te impiden mirar», sostuvo Hockney al analizar cómo nació la muestra durante una entrevista.
A los 84 años, el artista británico David Hockney, calificó sus meses de confinamiento en Francia por la pandemia como «una bendición», y se valió de esa «oportunidad de profundizar en la observación de la naturaleza» para darle forma a «Un año en Normandía», muestra que se exhibirá a partir del 13 de octubre en el Museo de l’Orangerie en París.
«Me encanta mirar. Si observas el mundo, es realmente bonito. Pero tienes que tener la cabeza clara, hay muchas cosas que te impiden mirar», sostuvo Hockney al analizar cómo nació la muestra durante una entrevista con la agencia AFP.
La muestra se basa en un enorme friso impreso de 91 metros de largo, ensamblado a partir de las 220 obras que creó durante durante el extraño año de encierro y es también una suerte de homenaje al gran maestro impresionista francés Monet, cuyas legendarias «Ninfas» ocupan las salas vecinas.
«Cuando se produjo el confinamiento no me importó en absoluto. Estábamos en un lugar aislado y trabajé cada día porque no había visitantes. Los visitantes me importunan», contó sobre aquellos días y confesó que todos los bocetos los trabajó con un iPad, su herramienta de trabajo preferida desde hace años.
«Dejé la fotografía. Todo el mundo es fotógrafo. Todo el mundo tiene un teléfono móvil en su bolsillo. La fotografía se ha vuelto muy aburrida», advirtió y defendió las posibilidades que le da trabajar en un iPad: «Es una técnica nueva. No creo que haya mucha gente que la utilice».
Hockney se mudó a Francia en 2019, tras tres años intensos en Londres, «justo después de haber terminado una vitral para la reina Isabel II en la abadía de Westminster».
En Normandía dedicado a la contemplación de una «maravillosa puesta de sol en el estuario del Sena». Cuando llegó la primavera, Hockney se dedicó primero a reproducir en detalle las flores, los brotes incipientes de la extensa variedad de árboles frutales.
«Cancelaron los Juegos Olímpicos, pero no pueden cancelar la primavera», sostuvo con ironía sobre las posibilidades infinitas que la naturaleza parece darle.
Cécile Debray, directora de l’Orangerie, cree que «Un año en Normandía» es «una obra de 360º en torno a su casa» y considera que con su retrato pixelizado de la realidad, Hockney resuelve lo que Monet buscaba desesperadamente: «Atrapar un momento».
Fuente: http://www.telam.com.ar