Hoy en la Columna de Género con Antonella Sánchez Maltese hablamos del femicidio de Thiara: la investigación detrás del pastor. El único imputado por el femicidio de la niña de 14 años, aún no declaró. La defensa de la familia considera que no actuó solo. Mientras la Justicia espera las pruebas de ADN para confirmar sin margen de error que se trata de Thiara, continúa la investigación detrás del pastor que la mató.
El viernes 22 de septiembre el cuerpo de Thiara Carrasco Vayon fue calcinado y arrojado en un descampado. La identificación se conoció en realidad 10 días después cuando, a través de las cámaras de seguridad del 911 La Rioja, se dió con el hombre que la asesinó, R. C. Rivera. La reconstrucción del paradero de la niña de 14 años se hizo a partir de él.
La causa que investiga la jueza Gisela Flamini, del Juzgado de Instrucción de Violencia de Género N°2, reconstruyó las horas previas a la muerte, traslado y quema del cuerpo, cruzando las Cámara del 911 con testimonios a vecinos y vecinas que tomó la división de Homicidios. El hombre detenido e imputado aparece en las cámaras el día, horario y lugar donde unos obreros hallaron el cuerpo de la niña horas después, en la zona norte de la ciudad.
El hecho está calificado como femicidio: homicidio agravado por razones de género, según el artículo 80 inciso 11 del CP.
EL ABUSO DETRÁS DE LA MUERTE
Maria Perovich, abogada de la madre de la niña, consideró que tanto la Policía como la Justicia actuaron de manera efectiva y advirtió: “hay más responsables. Esto no lo hizo solo”. Perovich fue contundente respecto a la vinculación con el femicida: “No había una relación de pareja, había un abuso. Ella conoce al imputado por ser pastor, así la captó”.
En declaraciones públicas, la jueza Flamini había anticipado que, además de violencia por razones de genero, podría aplicarse otro agravante planteó una posible relación de “pareja” entre la menor y el hombre de 43 años: “si se llegara a comprobar también que el sospechoso y posible autor del hecho y la posible víctima, eran pareja, se le agregaría también el agravante de inciso 1 del artículo 80 del Código Penal”.
Las declaraciones de la jueza generaron rechazo por tratarse de un vínculo entre una menor y un adulto. Según Perovich, Rivera es pastor y se acercó a la niña a través de la religión. “Así la manipuló y la puso a disposición de él”.