En una entrevista con Christian Buteler, destacado analista financiero, se abordó la profunda devaluación que experimentó el peso argentino frente al dólar durante el mes de julio y las posibles consecuencias para la economía local.
Según Buteler, la semana pasada el dólar tuvo una demanda muy elevada, registrando un incremento superior al 7%, sumando un aumento mensual cercano al 14%. Este movimiento representó una subida significativa, que, aunque se esperaba que el dólar pudiera ajustar su valor en julio, resultó ser más fuerte de lo anticipado, lo cual puede tener efectos inmediatos en los precios de los productos y servicios.
El analista explicó que esta apreciación del dólar ocurrió en un contexto donde el Tesoro Nacional elevó las tasas de interés hasta un 65% en la última licitación de julio, en un intento por estabilizar o controlar la escalada cambiaria. Sin embargo, el Banco Central también intervino en los mercados de futuros, aunque sin éxito total, intentando mitigar las subas del tipo de cambio.
Buteler agregó que las tasas de interés tan altas representan un desafío para quienes buscan mantener sus pesos, ya que ahora resulta costoso renovar deudas en moneda local. Además, con una inflación prevista en torno al 25-30% para los próximos 12 meses, una tasa real del 65% implica un costo real muy fuerte, que puede impactar en la actividad económica, encareciendo el financiamiento para empresas y consumidores.
Respecto al impacto en los precios, el analista señala que la devaluación de 14% en el dólar se reflejará en el costo de productos importados, que hoy en día funcionan como un techo para los precios locales. Con esto, se espera que los precios de los productos importados aumenten en ese porcentaje, lo cual puede contagiarse a los precios de los artículos nacionales, generando un incremento en la inflación.
El escenario también incluye fluctuaciones en el mercado cambiario, donde actualmente el dólar se mueve dentro de una banda entre 950 y 1450 pesos. El Banco Central no tendría que intervenir directamente mientras el tipo de cambio se mantenga dentro de esos límites, aunque sí puede hacerlo en el mercado de futuros. A medida que el dólar se acerque a la parte superior de esa banda, es probable que aparezca una oferta genuina de dólares por parte de los inversores, quienes aprovecharían tasas de interés atractivas para realizar un “carry trade”: vender dólares para comprar pesos y obtener beneficios con las tasas altas, anticipando que el Banco Central tendrá la capacidad de sostener el valor del tipo de cambio.
Por último, Buteler puntualizó que se espera que esta fuerte suba del dólar tenga un impacto directo en la próxima tasa de inflación, que probablemente será más elevada en agosto, en comparación con el 1,5% de junio, reflejando la presión inflacionaria generada por la devaluación reciente.
En conclusión, la escalada del dólar en Argentina representa un factor de tensión que podría traducirse en incrementos en los precios de productos y servicios, afectando directamente el bolsillo de los consumidores y manteniendo la economía en un escenario de volatilidad e incertidumbre.