La Fundación Sí, una organización no gubernamental de alcance nacional dedicada a la inclusión social y educativa, anunció hoy la apertura de postulaciones para su programa de residencias universitarias gratuitas. Este programa está dirigido a jóvenes que, por motivos económicos, no pueden costear alojamiento, transporte o materiales para estudiar en universidades públicas en diversas regiones del país.
Ana Laura Díaz, voluntaria de la fundación, compartió en nuestro espacio que esta iniciativa representa mucho más que una ayuda económica: es una experiencia de vida que puede marcar el rumbo de quienes participan en ella.
¿Qué es la Fundación Sí?
Se trata de una ONG que tiene presencia en todo el país con una red de aproximadamente 3,000 voluntarios. Sus proyectos incluyen asistencia en merenderos, centros comunitarios, recorridas nocturnas para personas en situación de calle, y programas que buscan garantizar el acceso a la educación y la inclusión social.
El programa de residencias, que cuenta con 24 casas en la provincia de La Rioja, ofrece alojamiento gratuito para estudiantes que cursan en universidades públicas. «El objetivo es proporcionarles un espacio donde puedan concentrarse en sus estudios sin la carga económica de alquiler, alimentación o materiales», explicó Ana Laura.

¿Quién puede acceder?
Están habilitados jóvenes menores de 25 años que quieran estudiar en universidades públicas en cualquier parte del país. El proceso de selección comienza con el llenado de un formulario en línea, seguido de entrevistas virtuales y presenciales. La fundación asegura que la selección no está basada en rendimiento académico, sino en compromiso y motivación, y que no se requiere realizar exámenes eliminatorios.
¿Qué carreras se pueden estudiar?
El grupo de residentes es heterogéneo en cuanto a carreras: Medicina, Arquitectura, Criminalística, Psicopedagogía, Enfermería y otras. Además, en ocasiones, se recibe postulaciones de jóvenes interesados en carreras que no están disponibles en las universidades públicas de la región, como Psicología. En estos casos, la fundación trabaja para ofrecer opciones en otros lugares, muchas veces en Córdoba, donde también existen universidades nacionales que brindan la carrera. «Conectamos a los chicos con residencias en otras provincias, para que puedan estudiar en la universidad que desean y en la región de su interés», afirmó Ana Laura.
¿Qué apoyo brindan?
La fundación cubre todos los gastos relacionados con la carrera: alojamiento, alimentación, material de estudio, transporte y cuidado psicológico. Esto permite que los estudiantes puedan centrarse exclusivamente en sus estudios, sin necesidad de trabajar ni de preocuparse por los costos básicos. La mayoría de los postulantes proviene de zonas como Chilecito o Chamical, y en muchos casos, la residencia en la ciudad es la única oportunidad de acceso a la educación superior.
¿De dónde provienen los postulantes?
Las solicitudes llegan desde diferentes provincias argentinas, y también de países vecinos como Chile, principalmente a través de consultas hechas por familiares que quieren saber más sobre la organización, convencidos de que esta es una ayuda real y efectiva, sin condiciones ni estafas.
¿Cómo es el proceso de selección?
Para inscribirse, los jóvenes deben completar un formulario online, que luego pasa a revisión en Buenos Aires. Posteriormente, se realizan entrevistas virtuales, y si resultan seleccionados, participan en un curso intensivo de verano, que dura un mes y ayuda a preparar a los estudiantes para la vida universitaria, reducir la tasa de repitencia y fortalecer sus habilidades académicas y de convivencia.
¿Qué pasa con carreras que no están en la región?
En casos en los que la carrera deseada no esté disponible en la universidad pública local, la fundación ofrece la posibilidad de estudiar en otras regiones, principalmente en Córdoba, donde hay universidades nacionales que brindan esas carreras. La red de residencias funciona como un entramado que conecta y facilita estas opciones, siempre priorizando la formación en instituciones públicas.
¿Cómo llegó Ana Laura a ser voluntaria?
La voluntaria comentó que se involucró en 2018, cuando participó en una colecta solidaria y conoció el trabajo de la organización. Desde entonces, su interés por la educación, influenciada por su abuela, que fue maestra y directora, la llevó a formar parte activa del proyecto. Actualmente, acompaña a dos jóvenes en las residencias, supervisando su convivencia y progreso académico, y asegura que su voluntariado fue una experiencia que la impactó para toda la vida. «Es un camino de ida; me llena ayudar a otros, y eso también me ayuda a mí misma.