Los mandatarios de Estados Unidos y China mantuvieron una cumbre bilateral remota en donde intercambiaron advertencias sobre la situación en la isla de Taiwán, aunque buscaron rebajar las tensiones políticas, militares y comerciales entre las dos superpotencias.
Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y China, Xi Jinping, intercambiaron advertencias sobre la situación en la isla de Taiwán durante una cumbre bilateral remota realizada anoche en la que, no obstante, buscaron rebajar las tensiones políticas, militares y comerciales entre las dos superpotencias.
La videoconferencia, celebrada en términos «respetuosos y sinceros«, según indicó un funcionario estadounidense ante periodistas, duró tres horas y media, mucho «más de lo esperado».
El encuentro comenzó con amplias sonrisas y una serie de intercambios y declaración de buenas intenciones, con Biden sentado frente a la chimenea de la sala Roosevelt en la Casa Blanca; y Xi en uno de los grandes salones del Gran Palacio del Pueblo, ambos flanqueados por las banderas de los dos países.
El tono inaugural de la charla contrasta con los acalorados intercambios entre ambas potencias rivales a principios de este año y parece marcar el inicio de lo que ambas partes esperaban sea un cambio radical en las relaciones, a pesar de que persisten importantes diferencias.
Desde la llegada de Biden a la Casa Blanca, el vínculo bilateral mostró varios puntos de fricción en relación a los derechos humanos de la minoría musulmana uigur del noroeste de China, la represión de las protestas prodemocráticas en Hong Kong, y Taiwán, la isla que China considera parte de su territorio y que se convirtió en el último tiempo en el asunto más espinoso entre ambas potencias.
El mandatario estadounidense puso estos temas sobre la mesa y planteó la preocupación de su país por la situación de los derechos humanos en general y específicamente en torno a «las prácticas de China en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong«, además de subrayar la importancia de un Indo-Pacífico «libre y abierto», y «la determinación» de Estados Unidos de cumplir «sus compromisos en esa región».
En respuesta a esos comentarios, el Gobierno chino arremetió contra la Casa Blanca de Biden por lo que considera interferencia en sus asuntos internos.
En la cumbre virtual, Xi emplazó a Biden a «mejorar la comunicación» entre ambas naciones y «coexistir de forma pacífica», a trabajar juntos y «avanzar en pos de la paz mundial y el desarrollo».
«Como he dicho antes, me parece que nuestra responsabilidad como líderes de China y Estados Unidos es asegurar que la competencia entre nuestros países no derive en un conflicto, ya se intencional o no intencional», dijo Xi al inicio de las conversaciones.
«Nuestra responsabilidad como líderes de China y Estados Unidos es asegurar que la competencia entre nuestros países no derive en un conflicto, ya se intencional o no intencional»Xi Jinping
«Una relación sólida y estable entre China y Estados Unidos es necesaria para avanzar el desarrollo respectivo de los dos países y para salvaguardar un entorno internacional pacífico y estable», añadió el presidente chino, al que acompañaban en la reunión sus asesores de mayor confianza, el canciller Wang Yi, y el viceprimer ministro, Liu He, su principal referencia económica.
Xi advirtió a Biden que atizar la independencia de Taiwán, sería «jugar con fuego».
«Las autoridades taiwanesas han intentado muchas veces apoyarse en Estados Unidos para su independencia (…) Algunas personas en Estados Unidos intentan ‘usar a Taiwán para controlar a China'», dijo Xi, informó la agencia de noticias estatal china Xinhua.
«Esa tendencia es muy peligrosa y es como jugar con fuego, y quienes juegan con fuego se queman«, agregó Xi en lo que parece haber sido el tramo más áspero de la charla.
En un comunicado, la Casa Blanca dijo que Biden también reafirmó su postura respecto a esta isla, cada vez bajo mayor presión militar y diplomática de Beijing.
«Estados Unidos se opone fuertemente a los intentos unilaterales para cambiar el statu quo o diezmar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán», señaló el comunicado.
«Estados Unidos se opone fuertemente a los intentos unilaterales para cambiar el statu quo o diezmar la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán»
El texto también reiteró la política estadounidense contraria a reconocer una eventual independencia de la isla, pero a favor de ayudar a defenderla ante hipotéticos ataques de China.
El funcionario estadounidense que habló con la prensa, que pidió no ser identificado, explicó que hubo «una extendida discusión sobre Taiwán» durante la cumbre.
Desde la investidura de Biden en enero, ambos líderes habían hablado extensamente por teléfono dos veces. Ante la negativa de Xi de viajar al extranjero durante la pandemia, se optó por un encuentro en línea como única posibilidad de una cumbre a corto plazo.
«Si las relaciones entre China y Estados Unidos no pueden volver al pasado, deberían enfrentar el futuro», dijo el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, informó la agencia de noticias AFP.
Ausentes de la charla estuvieron los próximos Juegos Olímpicos de invierno que se celebrarán en la capital china el próximo febrero. Varias organizaciones defensoras de los derechos humanos lanzaron llamamientos a boicotearlos en respuesta a la represión de China en Xinjiang, la única provincia del país de mayoría musulmana.
La relación entre Estados Unidos y China pasa por su peor momento desde que ambos restablecieron la diplomacia formal, en 1979, por lo que las expectativas del encuentro eran bajas.
Más que edificar una vía de colaboración, ambos líderes se centraron en tantear alternativas para no agravar hostilidades.
Fuente: http://www.telam.com.ar