Desde el organismo creen que las economías de América Latina y el Caribe crecerán un 2,1% aunque la situación argentina sería muy distinta.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) argumenta que la economía de América Latina y el Caribe está proyectada para crecer un 2,1% este año, sin embargo, Argentina podría experimentar un retroceso de más del 3%.
El organismo también prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil aumente un 2,3% y el de México un 2,5%, mientras que se espera que la actividad económica en Argentina disminuya un 3 ,1% en 2024. En comparación, en diciembre del año pasado el organismo había estimado una expansión del 1,9% para la economía regional.
Los indicadores económicos muestran un panorama complejo. En marzo, la producción industrial registró una caída interanual del 21,2%, y el índice que mide la actividad de la construcción se desplomó un 42,2% durante el mismo período, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INDEC). Además, las ventas minoristas disminuyeron un promedio del 16%.
Tanto la industria como la construcción también experimentaron retrocesos mensuales en comparación con el mes anterior: un 6,3% en la industria y un 14,2% en la construcción.
El acumulado del primer trimestre de 2024 muestra una caída del 14,8% en la producción industrial en comparación con el mismo período del año anterior, marcando la mayor contracción desde abril de 2020, durante el inicio de la pandemia de COVID-19.
Todos los sectores industriales sufrieron disminuciones en marzo en comparación con el mismo mes del año anterior, con las mayores caídas registradas en la producción de muebles (-40,4%), maquinaria (-32,6%), automóviles (-24, 7%), textiles (-22,9%) y alimentos (-14,4%).
Este panorama adverso se debe en parte a la paralización de todas las obras públicas en el país desde diciembre, como parte de las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno.
A nivel regional, la CEPAL señala que América Latina enfrenta un entorno internacional complejo, con un crecimiento económico y comercial global por debajo de sus niveles históricos, y tasas de interés altas en los países desarrollados, lo que se traduce en mayores costos de financiamiento para los países emergentes.