La jueza federal de San Martín ha decidido suspender la intervención en la Universidad Nacional de Madres de Plaza de Mayo, una medida que generó preocupación en la comunidad educativa. Esta resolución se produce tras meses de tensiones, incluida la falta de financiamiento por parte del gobierno, lo que complicó gravemente la situación económica de la institución.
Demetrio Iramaín, docente de Historia en la universidad, expresó su satisfacción. «Toda la comunidad educativa está contenta con esta decisión que asegura nuestra autonomía universitaria», afirmó en una entrevista. Desde enero, la universidad no había recibido financiamiento, lo que afectó el pago de salarios y la operación normal de las actividades académicas.
A pesar de las dificultades, la comunidad ha mostrado un fuerte compromiso. «Los estudiantes han estado al pie del cañón. Nuestra universidad ofrece carreras como Abogacía, Historia y Trabajo Social, con más de 2000 alumnos. Ya tenemos casi mil registrados para el próximo año», indicó Iramaín.
Respecto a los argumentos del gobierno sobre la escasez de graduados, lo calificó como una «mentira flagrante». Subrayó que la universidad ha formado profesionales desde su origen como Universidad Popular, destacando las historias de vida transformadas por la educación. «A pesar de las interferencias, la gente sigue eligiendo estudiar aquí», concluyó.
Este fallo no solo representa una victoria para la institución, sino un recordatorio de la importancia de defender la educación pública y los derechos humanos en el país.
