La situación económica de la provincia de La Rioja sigue siendo objeto de intenso debate tras el reciente fallo del tribunal de Nueva York, que ordena al gobierno provincial el pago de aproximadamente 39 millones de dólares en concepto de deuda. Este fallo podría marcar el inicio de un proceso legal más complejo, que se originó en decisiones financieras tomadas hace varios años.
Nicolás Casas, docente universitario y experto en economía, explica que la provincia se encuentra en una encrucijada. Los funcionarios del gobierno provincial sostienen que desean cumplir con sus obligaciones, pero insisten en que los intereses y plazos deben ser acordes y no comprometer el desarrollo económico de la provincia. Sin embargo, Casas advierte que «para poder hacerlo, tiene que haber voluntad de las partes».
La historia de la deuda de La Rioja está marcada por múltiples refinanciaciones, lo que ha llevado a una situación en la que los acreedores legítimamente demandan el pago de lo acordado. Desde que La Rioja incurrió en una deuda de 200 millones de dólares en 2017, que luego se amplió con otros 100 millones para la ampliación del parque eólico Arauco, la provincia ha atravesado dificultades para honrar sus compromisos. Aunque se vendió una parte de este proyecto por aproximadamente 171 millones de dólares, la falta de pagos de capital ha generado desconfianza entre los acreedores. Muchos de ellos se preguntan por qué esos fondos no se utilizaron para pagar la deuda refinanciada.
«El gobierno dice que no puede pagar, pero con un superávit fiscal en el primer trimestre del año, es legítimo que los acreedores se cuestionen por qué no se cumplen con las obligaciones», señala Casas. A medida que el tribunal de Nueva York exige el cumplimiento de las obligaciones, el tiempo de la provincia para renegociar ha comenzado a agotarse.
La falta de cumplimiento puede comprometer gravemente la reputación de La Rioja en el exterior, lo que a su vez afectará la capacidad de la provincia para acceder a créditos en un futuro. «La imagen que generamos al exterior no es muy buena; eso sin duda afecta nuestra capacidad para obtener financiamiento», añade Casas. Además, menciona que, aunque hay expectativas de una mayor flexibilización en las condiciones para las provincias, esta situación específica podría dificultar aún más el acceso a recursos.