En conmemoración del Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, los veteranos TOAS de la guerra del Atlántico Sur renovaron su reclamo por el reconocimiento pleno de sus derechos y por la apertura de los archivos históricos que permitan esclarecer la verdadera historia del conflicto.
Félix Moya, veterano y participante en las operaciones militares del Atlántico Sur, explicó que desde 1833, con la usurpación británica, Argentina nunca dejó de reclamar su soberanía sobre las Malvinas. “No hay fundamento para dejar de reclamar, las islas son parte de nuestro territorio,” afirmó. Recordó que en 1982, el país recuperó la pelea con una operación militar, y que aún hoy, muchos hechos y operaciones permanecen ocultos.
Moya detalló que durante la guerra, él y otros soldados conscriptos (reservistas), participaron en la defensa del litoral marítimo desde Puerto Madryn hasta Tierra del Fuego, custodiando bases aéreas y gestionando logística para sostener la operación en las islas. Él y sus compañeros fueron reconocidos como veteranos por leyes y medallas, pero en 1988, tras la firma de un decreto durante la presidencia de Raúl Alfonsín, se eliminó ese reconocimiento para los soldados conscriptos, dejando a muchos sin beneficios sociales, laborales ni de veterano.
Uno de los puntos centrales del reclamo es que, en los archivos militares, hay registros de operaciones que hasta ahora permanecen negadas o silenciadas. Por ejemplo, se conoce la misión “Mikado”, una operación inglesa que intentó destruir los misiles Exocet argentinos y atacar bases en Río Grande. La estrategia, que en japonés significa “puerta”, buscaba abrir la entrada a la Patagonia Argentina para tomar control de la región. La operación fue reconocida públicamente por oficiales ingleses como el comandante Hacking y otros comandantes, quienes admitieron que se llevaron a cabo ataques militares en el continente, incluyendo bases aéreas en seis puntos del país y otro tiroteo en Comodoro Rivadavia. Sin embargo, todo esto sigue siendo negado oficialmente en Argentina, y los héroes del continente que participaron en estos combates no son reconocidos.
Félix, recordó que en los libros de guerra argentinos se establece que en busca de comandos enemigos, salieron patrullas que participaron en combates en territorio continental, en acciones que califican como hitos aún silenciados en la historia oficial. Además, explicó que la operación Mikado fue una estrategia inglesa para debilitar la flota argentina, que en ese momento ya había sido severamente dañada y que, según sus propios reconocimientos, las operaciones militares en suelo argentino estaban destinadas a acabar con las bases aéreas y asentar la dominación en la región.
En la actualidad, la lucha continúa mediante un movimiento que busca obtener la declaración formal de veteranos de guerra para los que lucharon en el continente, además de la apertura de los archivos militares. Actualmente, más de 43 años después, hay casi 9.500 veteranos en todo el país, de los cuales 400 ya lograron sentar sus reclamos en los tribunales y otros 500 están en trámite judicial. La campaña de firmas, impulsada por la agrupación de las tres fuerzas (ejército, armada y fuerza aérea), ha recolectado cerca del millón de adhesiones a nivel nacional y cuenta con el respaldo de la sociedad y del Ministerio de Defensa, que ya recibe oficialmente el reclamo.
El proyecto de ley para reconocer formalmente a estos veteranos lleva siete años en trámite, con avances muy lentos, y el diputado cordobés Juan Fernando Brügge ha solicitado oficialmente los listados de soldados conscriptos para que el Congreso los trate pronto. Los veteranos también exigieron que se abran todos los libros de guerra para conocer toda la verdad y dejar de lado las versiones oficiales parciales, permitiendo que Argentina tenga un solo relato histórico de aquella guerra.
Este 10 de junio, en diferentes colegios y en actividades públicas, los TOAS continúan promoviendo el reconocimiento y la justicia, defendiendo no solo la memoria de sus fallecidos, sino también la plena soberanía y verdad sobre la historia argentina en el Atlántico Sur.
