Mimi Vilte: El renacer democrático a través del nuevo estatuto

Un hecho histórico resonó en la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR) y la sociedad riojana hace 11 años: La Toma del campus universitario que llevó a un cambio radical en la estructura de gobierno de la institución. Este movimiento, originado por el fervor estudiantil, sentó las bases para una reorganización que culminó con la aprobación de un nuevo estatuto en 2023.

Mimi Vilte, ex secretaria relatora técnica del Consejo Superior de la UNLaR, recordó con entusiasmo ese proceso transformador. “La lucha que empezó con la toma fue clave para que comenzáramos a discutir un nuevo marco normativo”, comentó en la entrevista con Multimedio UNLaR.

Entre las demandas de los estudiantes estuvo el cambio en el sistema de votación. Antes, la elección de autoridades se realizaba de manera indirecta, pero la reforma de 2014 permitió que cada estamento elija directamente a sus representantes, un avance significativo en la democratización.

“Desde 2014, el rector debe contar con la aprobación del Consejo Superior para firmar convenios, lo que subraya el cogobierno en nuestra universidad”, explicó Vilte. La responsabilidad ahora es compartida entre las autoridades y el cuerpo colegiado, que incluye a todos los estamentos.

Sin embargo, existen desafíos pendientes. “A pesar de tener herramientas democráticas, como la consulta popular, hemos fallado en utilizarlas adecuadamente”, subrayó Vilte, enfatizando la necesidad de un mayor involucramiento comunitario.

En relación a la representación en los cuerpos colegiados, destacó un problema actual: la UNLaR cuenta con 62 miembros en el Consejo Superior, lo que puede volver ingobernable la institución. “La sobre representación limita el ejercicio democrático”, señaló.

Recientemente, se generó controversia por la exclusión de más de 90 docentes de las listas electorales. “Esto es alarmante y cuestiona el principio democrático de participación. Todos deberían poder representar el espacio que deseen,” enfatizó, mostrando preocupación por las implicaciones de esto en la representación.

“Si un estatuto y sus reglamentos impiden la participación de tantos, podríamos estar volviendo a situaciones muy cuestionables, como las que vivimos en 2013,” reflexionó.

La reforma integral del estatuto en 2016 fue otro hito, consolidando el cogobierno como característica central. “La estructura de gobierno se reconfiguró para que las decisiones se tomaran de manera más participativa”, afirmó Vilte. Este proceso estuvo marcado por un intenso debate, con múltiples fuerzas políticas involucradas.

Además, destacó el reconocimiento de derechos y beneficios como el seguro estudiantil y el comedor, logros que reflejan la lucha del movimiento estudiantil.

Este 9 de octubre, Día de la Democracia en la UNLaR, es un momento propicio para reflexionar sobre el camino recorrido. “Revisemos los pro y contras y trabajemos en lo que queda pendiente. La mejor ley es la que se pone en práctica y refleja los acuerdos logrados,” concluyó Vilte.

Con un proceso electoral a la vista el 29 de noviembre, la UNLaR se enfrenta a la oportunidad de continuar avanzando hacia una democratización más profunda, donde la voz de cada miembro cuente.

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