Misa de Pascua: el Papa Francisco abogó por un reparto equitativo de las vacunas

Desde el Vaticano, y con bendición Urbi et Orbi, el pontífice pidió que el acceso a las vacunas sea para todos igual, con ayuda a los países más vulnerables. En medio de una marcada diferenciación en la inmunización contra el Covid-19, el Papa también solicitó priorizar la inversión en salud por encima del gasto militar.

La pandemia de Covid-19 se tomó el mensaje central de la homilía del papa Francisco en el domingo de Pascua. En el día final de la Semana Santa, y uno de los más importantes para los cristianos en el mundo, el máximo representante de la iglesia católica urgió a la comunidad internacional a «superar los retrasos» en la repartición de la vacuna para mitigar la enfermedad, que ya deja 2.850.061 de personas muertas.

Tras denuncias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de algunos gobiernos de Latinoamérica que señalan que solo diez países en el planeta acapararon el 75% de las vacunas, al menos hasta el pasado febrero, Francisco pidió promover el reparto de los antídotos a los menos favorecidos.

«Insto a toda la comunidad internacional, en un espíritu de responsabilidad global, a comprometerse a superar los retrasos en la distribución de vacunas y facilitar su distribución, especialmente en los países más pobres», dijo el pontífice.

El Papa oró a Dios por el consuelo de los enfermos, de quienes han perdido a un ser querido y por los desempleados, e instó a las autoridades a dar a las familias más necesitadas un «sustento digno».

Asimismo, destacó la ardua labor de los médicos y enfermeros, se solidarizó con los jóvenes que no pueden asistir a la escuela y dijo que todos están llamados a combatir la pandemia.

Francisco: el gasto militar en tiempos de pandemia es «escandaloso»

El primer Papa latinoamericano de la historia señaló que los conflictos armados y el gasto militar durante una pandemia son «escandalosos».

Tras señalar que además era el Día Internacional de Concienciación contra las minas terrestres antipersona, llamó a esas armas «dispositivos insidiosos y horribles (…) ¡cuánto mejor sería nuestro mundo sin estos instrumentos de muerte!», sostuvo.

Al mencionar las áreas de conflicto, elogió a «los jóvenes de Myanmar comprometidos a apoyar la democracia y hacer que sus voces se escuchen pacíficamente», pese a la represión militar que, tras el golpe de Estado del pasado de febrero, deja más de 550 manifestantes muertos.

El conflicto más largo de la historia, el de israelíes y palestinos, también centró la intervención del representante del Vaticano, para lo que insistió en «redescubrir el poder del diálogo» para llegar a una solución de dos Estados en la que ambos puedan convivir en paz y prosperidad.

Francisco también pidió la paz en varias áreas de conflicto en África, incluida la región de Tigray, en el norte de Etiopía, y la provincia de Cabo Delgado, en Mozambique. Dijo que la crisis en Yemen se ha «enfrentado con un silencio ensordecedor y escandaloso».

Resaltó que muchos cristianos todavía son perseguidos por su religión y pidió que se levanten todas las restricciones a la libertad de culto en todo el mundo.

Francisco, que normalmente habría dado su mensaje directamente a casi 100.000 personas en la Plaza de San Pedro, habló con menos de 200 en la iglesia, mientras su intervención se transmitía a decenas de millones en todo el mundo en línea.

La plaza estaba vacía a excepción de unos pocos agentes de policía que vigilaban el estricto cierre nacional de tres días.

El nuevo coronavirus ha dejado a este 2021 como el segundo año consecutivo en que se cancelan los grandes eventos y servicios religiosos con multitudes, para pasar en esta ocasión a pequeñas reuniones.

Reuters y EFE

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