En medio de un contexto de creciente preocupación y desgaste salarial, los docentes de la Universidad Nacional de La Rioja y del país decidieron realizar una semana de paro a partir del 11 de agosto, en rechazo a la situación salarial y la falta de respuesta del Gobierno Nacional. La medida, que cuenta con el respaldo de la CONADU, busca visibilizar la crítica situación que enfrentan los profesores, investigadores y trabajadores de la educación superior pública.
Diego Morales, secretario General de Sidiunlar, explicó en exclusiva a Multimedio UNLaR que la decisión fue tomada tras reuniones con los secretarios generales de todos los gremios de base de la CONADU. “Venimos luchando desde el año pasado debido a que los salarios están por debajo del índice de pobreza en muchos casos, y no hemos sido escuchados”, manifestó. “El presidente no tiene en su agenda la universidad pública, y por eso, independientemente de las vacaciones y las semanas previas, hemos decidido realizar esta semana de paro y continuar con una movilización federal”.
El paro se extenderá del 11 al 15 de agosto, afectando la no asistencia a los lugares de trabajo y la suspensión de clases para quienes se adhieran a la medida. Morales detalló que están coordinando actividades de visibilización previas al paro y, en paralelo, buscando el acompañamiento de los estudiantes ante esta decisión.
“Es una medida dura y perjudicial para los estudiantes, pero es la única forma que tenemos para poner en discusión la crisis salarial y de financiamiento que atraviesa la educación pública”, indicó el gremialista. En cifras, Morales señaló que el 70% de los docentes cobran salarios que no superan los 500 mil pesos, y el 10% de los docentes con dedicación exclusiva enfrentan sueldos muy bajos, lo que afecta la calidad de la enseñanza y la investigación.
Desde hace casi dos años, las negociaciones paritarias no han logrado ofrecer una mejora significativa. “No nos han recibido en paritarias, y los aumentos otorgados no han alcanzado ni siquiera la inflación oficial, que apenas ronda el 2%”, precisó Morales. A ello se suma la problemática de las docentes que deben viajar a sedes en distintas localidades, quienes ven en este paro una forma de denunciar las dificultades para cumplir con sus tareas.
Morales también alertó sobre la situación de la investigación académica, la cual se encuentra severamente afectada por la falta de presupuesto y financiamiento. “La ley de financiamiento para la investigación no se cumple, y el presupuesto destinado a becas y programas de investigación es mínimo”, sostuvo. El dirigente criticó que el gobierno nacional, con su política, busca reducir el acceso a la educación a solo sectores privilegiados, en un ataque sistemático que también afecta la salud y otros sectores del Estado.
Al respecto, afirmó que la situación de las universidades públicas en Argentina es de peligro real, y que los ataques sistemáticos buscan desfinanciar y desmantelar el sistema de educación superior. “Nos preocupa que, si continúa así, la universidad pública puede colapsar y muchos docentes y estudiantes podrían abandonar sus instituciones, poniendo en riesgo la continuidad de las carreras y la investigación”, advirtió.
Finalmente, Morales destacó que, si bien las modalidades tradicionales de paro generan impacto, también es fundamental fortalecer las campañas de visibilización y sensibilizar a la comunidad sobre la gravedad de la crisis. “La gente necesita entender que la situación no es solo salarial, sino que afecta la calidad y la existencia misma de la educación pública en Argentina”, concluyó.