En medio de un debate que ha generado tanto interés como controversia, Laura García Vizcarra, docente y especialista en temas sociales, dialogó con Multimedio UNLaR para ofrecer su análisis sobre la propuesta del gobierno de Catamarca de implementar un plan de incentivos económicos para quienes decidan tener hijos.
La especialista afirmó que la disminución en la tasa de natalidad, un fenómeno global que no se originó con la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), sino que tiene raíces que se remontan a más de 50 años, ha sido evidente en Argentina desde 2014, coincidiendo con la reducción en embarazos no intencionales en adolescentes. Además, resaltó que las políticas públicas, como el Plan ENIA, lograron reducir estos embarazos no deseados en jóvenes, logrando cambios positivos en las estadísticas.
En cuanto a la relación entre la ley de IVE y las tasas de natalidad, García Vizcarra puntualizó que la ley no afecta directamente el número de nacimientos. Destacó que las cifras muestran beneficios claros en la salud materna, como la reducción del 40% en internaciones por complicaciones de aborto y la eliminación de muertes maternas relacionadas.
Sobre la iniciativa del gobernador Raúl Jalil, la profesional señaló que no es una idea novedosa a nivel mundial. Países como Corea del Sur, Singapur y Hungría han intentado estimular la natalidad mediante incentivos económicos, en un contexto donde la baja en los nacimientos es un problema común. Sin embargo, aclaró que estos incentivos, en su mayoría, no garantizan que las personas decidan tener hijos, pues la decisión de maternar depende de múltiples factores.
García Vizcarra también criticó que algunos sectores políticos, como el diputado nacional Francisco Montes y el bloque libertario, hayan vinculado la reducción de la natalidad con las controversias en torno al aborto, sugiriendo que se trata de una estrategia para hacer campañas políticas y dividir a la sociedad. En su opinión, el país necesita respuestas concretas a problemas estructurales: salarios bajos, precarización laboral y falta de certidumbre social, que afectan la posibilidad real de las familias de proyectar un futuro.
Con estas reflexiones, la docente invita a centrar los esfuerzos en solucionar las verdaderas dificultades que enfrentan las familias en Argentina, en lugar de recurrir a incentivos que no garantizan un impacto duradero en las decisiones de tener hijos.
