Un grupo de investigación del CONICET elaboró el diccionario bilingüe y pluridialectal. Representantes de la lengua wichí de las provincias de Formosa, Salta y Chaco participaron de su creación.
DIWICA es el nombre del primer diccionario virtual wichí-castellano que reconoce los complejos dialectales pilcomayeño y bermejeño. El trabajo fue lanzado recientemente por un equipo de investigación liderado por Verónica Nercesian, investigadora del CONICET en el Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Doctor Amado Alonso” (IFLH, UBA), en articulación con el Instituto de Investigaciones sobre Lenguaje, Sociedad y Territorio (INILSYT, Universidad Nacional de Formosa) y el auspicio del Área de investigación del Laboratorio de Documentación e Investigación en Lingüística y Antropología (DILA, CAICYT-CONICET). Además, participaron de su confección cuarenta y siete hablantes nativos de las tres provincias argentinas en las que se habla actualmente el wichí: Formosa, Salta y Chaco.
Tras años de trabajo, el grupo de investigación logró el diccionario de acceso libre, de autoría colectiva y construcción permanente. Para confeccionarlo, se constituyó un equipo técnico, compuesto por representantes de ambas lenguas, y en el caso del wichí, miembros de las distintas comunidades en las que se hablan las variantes dialectales. “En algunos casos, además, contiene variantes de subvariedades dentro de esos dos complejos”, explica Nercesian. Y continúa: “Con esto, procuramos respetar la pluricentralidad de la lengua y la tendencia a la simetría entre las variedades que el pueblo wichí siempre ha defendido”. Además, la actualización del diccionario es una tarea dinámica y perpetua, “incluso los usuarios pueden contribuir a través del sitio web”, agrega.
En el camino, el equipo técnico debió tomar todo tipo de decisiones. Cuestiones como qué información agregar hasta cuál era la forma conveniente de listar las palabras, es decir las formas de cita, fueron puntos a debatir dentro del grupo de trabajo. “Dado que la ortografía de la lengua wichí se encuentra en proceso de estandarización, ese tipo de decisiones aún no están tomadas”, argumenta la lingüista. Por este motivo, suelen coexistir variantes ortográficas para una misma palabra, que en el caso del DIWICA se ven plasmadas en cada entrada léxica, “a fin de representar esta convivencia de tendencias ortográficas y acompañar el proceso de estandarización en curso”.
Pensado en primera instancia como material impreso, el diccionario fue mutando hacia la virtualidad conforme el contexto. Por tanto, el rol de programación para crear un entorno agradable fue esencial. Así, la posibilidad del intercambio con el usuario enriquece el acervo original: “Las búsquedas serán un insumo. Más allá del trabajo lexicográfico, ampliar la cantidad de palabras es algo que en un diccionario impreso es más costoso”, asegura la investigadora.
Para Nercesian, un diccionario es importante para el desarrollo de lo social en varios sentidos: En primer lugar, constituye una herramienta para la comunicación entre comunidades de hablantes de lenguas diferentes. “Por este motivo, el DIWICA es útil para toda la sociedad, no sólo para los pueblos indígenas”, enfatiza. Y agrega: “Muchos maestros y médicos, o empleados de instituciones públicas que no son hablantes nativos de wichí podrían sentir limitaciones por no conocer esta lengua cuando su trabajo lo requiere”. En segundo lugar, resalta la científica, este diccionario sirve para la alfabetización bilingüe, no sólo porque ofrece la traducción de las palabras de una lengua a la otra, sino también porque sirve de consulta para saber su ortografía. En tercer lugar, un diccionario tiene un valor documental de la lengua, ya que según la investigadora es un registro de las palabras que se usan en la sociedad en una zona y momento determinados. Y finalmente, un diccionario bilingüe ostenta un valor simbólico para la construcción de la equidad lingüística en el país. “Dos lenguas que históricamente fueron colocadas en una posición de asimetría por intereses políticos y económicos, conviven en una obra académica en una situación de paridad, demostrando que aquella asimetría entre las lenguas es, en efecto, una construcción social”, puntualiza Nercesian.
Hacia el futuro, hay aspectos que quedan abiertos: la estandarización y la actualización serán, según el equipo, puntos a considerar. En cuanto a la experiencia, Nercesian explica: “Fue interesante haber experimentado un proceso de construcción de algo novedoso y que tiene potenciales tecnológicos para el uso de las lenguas hacia delante. En definitiva, la publicación on line es la culminación de una primera parte de un trabajo que debe mantenerse y continuar en el tiempo”.