Las industrias y organizaciones están viviendo un proceso frenético y de cambios constantes. Cuáles son las claves para adaptarse al futuro.
El mercado tecnológico es el área con mayor índice de renovación de la última década. Su cambio es tan constante, acelerado y exponencial que dificulta la posibilidad de mantenerse al día con las actualizaciones.
La industria “X” viene a dar una especie de respuesta a ese interrogante: no se trata de nuevas o mejores inversiones en tecnologías sino de una verdadera transformación digital que modifique tanto las cosas que se hacen como la manera de hacerlas.
En este sentido, la industria X hace uso de las tecnologías digitales durante todo el proceso de producción- desde la evaluación de las necesidades del cliente hasta el uso del producto- a partir de una buena combinación de las mismas.
“Recién aprendimos lo que es la industria 4.0 y ya cambió. Pero la industria “X” viene a hablarnos de eso, de convergencias tecnológicas. Es la economía basada en el conocimiento”, explicó Graciela Ciccia, directora de Innovación y Desarrollo Tecnológico de Grupo INSUD, en el podcast “La Pregunta Correcta”.
“Industria X significa que no hay un momento fijo, que todo va evolucionando y sigue”, aportó al respecto Diego Yanni, Managing Director de Accenture
Y agregó: “Me gusta tomar esta X para mencionar a cuatro actores fundamentales de la innovación: el sector privado, que invierte y tiene sus empresas. El segundo es el ecosistema que forman todos los que hacen tecnología, consultoría y educación. El otro punto es el Estado que genera la infraestructura que después todos usan para poder innovar en tecnologías que no tienen escala y, por último, los trabajadores, que es una pata fundamental para entender que hay que capacitarlos en nuevas tecnologías y procesos. Estas cuatro patas, esa X, puede ser un gran cohete que va hacia el cielo”.
Si bien está claro que el futuro de las empresas y las organizaciones está ligado a la modernización de los procesos y a la suma de factores tecnológicos a los mismos, la gran incertidumbre está en cómo reconocer el momento perfecto para hacerlo.
“Invertir en tecnología, solo por las dudas, no es innovación…es azar. Invertir en tecnología tiene que ser una forma de alcanzar objetivos que se plantean previamente”, sostuvo Yanni. “No se puede tener certeza absoluta sobre cual es el momento ideal para innovar, pero si se puede trabajar en reducir esa incertidumbre”, explicó.
Avances tecnológicos como la inteligencia artificial, el big data, la impresión 3D o la realidad aumentada no solo vuelve a las empresas más competitivas y flexibles, sino que les permite volverse dueñas de todo lo que están desarrollando. “Quien invierte en tecnología también invierte en recursos humanos capacitados para utilizar esa tecnología y así crea un entorno propio de mejoras y desarrollos”, explicó Ciacci.
Según el informe de Accenture “La Reinvención digital de la Industria Argentina”, una de cada dos compañías argentinas considera que deberán luchar por sobrevivir si no son capaces de innovar con tecnologías digitales.
“No hay que quedarse adentro de la burbuja propia, es bueno visitar otros ambientes, gente que no conoces, ver que está pasando, cómo hacen otros y estar abiertos. Ir a las oficinas de vinculación donde tenés gente pensando en problemas parecidos a los tuyos”, concluyó Ciacci.
Fuente: http://www.infobae.com