Priscila Galván, una joven de 22 años oriunda de Taco Ralo, en la provincia de Tucumán, sufrió una descompensación a comienzos de febrero mientras realizaba una actividad física en la Escuela de Policía. Tras más de 20 días en terapia intensiva, falleció.
La muerte de Priscila Bianca Galván, una joven de 22 años, generó un fuerte impacto en Tucumán. La aspirante a policía se descompensó durante su primer día de entrenamiento en la Escuela de Cadetes y falleció tras permanecer 23 días internada en terapia intensiva.
La joven fue trasladada de urgencia al hospital con la cara morada y rastros de sangre en la boca. Su familia denuncia que fue víctima de negligencia por parte de los superiores, quienes la habrían sometido a una sobreexigencia física. Ahora, exigen una respuesta oficial para presentar una denuncia penal y solicitar que se investigue el caso. “Ella era una chica sana”, afirmaron.
Priscila era oriunda de Taco Ralo, una localidad del departamento Graneros, ubicada a 130 kilómetros de la capital tucumana. Había decidido inscribirse en la Escuela de Policía para cumplir su sueño de formar parte de la fuerza. Ingresó el 3 de febrero, pero solo un día después, su vida y la de su familia cambiaron drásticamente.
El 4 de febrero, en medio de temperaturas superiores a los 40°C, Priscila sufrió una grave descompensación mientras realizaba ejercicios al aire libre. Según testigos, la joven entrenaba sin las medidas de protección adecuadas para enfrentar el calor extremo, lo que podría haber influido en el trágico desenlace.
Su prima Tiziana declaró a TN que el parte médico inicial indicó que Priscila padecía «rabdomiolisis», una condición en la que los músculos se rompen y liberan sustancias en la sangre que afectan gravemente los riñones. Además, presentó insuficiencia renal: “No le habían hecho estudios hasta ese momento«, cuestionó frente a los medios. Además, afirmó que el personal del hospital le informó que su hija ingresó con sangrado en la nariz y la boca.
La versión de la Policía sobre la muerte de Priscila
Desde la Secretaría de Seguridad de Tucumán defendieron el entrenamiento y minimizaron la situación. Negaron que la muerte haya sido consecuencia de una sobreexigencia.
“El entrenamiento es una preparación física normal para un policía. No vienen para estar en una oficina, la exigencia es la mínima para una persona que enfrentará situaciones de estrés y posibles enfrentamientos”, afirmó el funcionario Gustavo Vizcarra.
Fuente PERFIL
