La historia de Victoria Herrera Arvay, licenciada en letras, graduada de la UNLaR, ejemplifica la perseverancia de quienes sueñan con ampliar sus horizontes académicos en el extranjero. Desde 2019, Vicky logró obtener una beca en Estados Unidos, en un proceso que combina esfuerzo, estrategia y hoy cosecha sus frutos: Recibió su doctorado en la prestigiosa Universidad de Maryland.
En una entrevista exclusiva, Vicky rememoró la emoción y el miedo que sintió al decidir dar ese paso. “Nunca había vivido fuera de casa, en La Rioja. Fue un proceso de mucha ayuda de mis profesores y colegas, que me guiaron en cada paso”, afirmó. La clave, aseguró, estuvo en rodearse de personas que confiaron en su potencial y en su entusiasmo por seguir aprendiendo.
Su ingreso en la universidad estadounidense no fue solo gracias a la suerte, sino a la dedicación y al trabajo constante. “Fue un proceso de años de estudio, fortalecer el currículum, y preparar una carta de motivación convincente. Además, mi procedencia de La Rioja fue un valor añadido, porque en estas becas también consideran la diversidad regional”, explicó.
Vicky destacó también la importancia de las conexiones y el apoyo de profesores, como el Dr. Tomás Vera Barros, y la actitud proactiva. “Hay que aprovechar cada oportunidad y saber comunicar lo que uno puede aportar”, puntualizó.
Su investigación se centra en la literatura regional latinoamericana, explorando autores experimentales de países como Chile, Brasil, Bolivia y Paraguay. “Mi trabajo busca demostrar que en las provincias y zonas rurales también hay vanguardia artística y literaria, más allá del folklore. La idea es mostrar que hay experimentación y vanguardia en estos lugares”, aseguró.
Durante su estadía, Vicky continúa impartiendo clases en la Universidad de Maryland, enseñando desde español básico hasta literatura colonial y de las independencias, incluyendo figuras como San Martín y Bolívar. “Es muy gratificante poder compartir mi cultura y conocimientos con los estudiantes”, expresó.
Una de las diferencias más notables en su experiencia en Estados Unidos, además de la estructura académica, radica en las expresiones culturales y sociales. “Aquí, en la costa este, hay mucha diversidad y un ambiente cosmopolita. La universidad y la sociedad en general cuidan muchísimo los espacios públicos y los elementos de trabajo. No hay grafitis ni vandalismo; todo se cuida mucho, y la universidad es muy antigua, de 1856, por lo que también se preserva su historia”, comentó.
En cuanto al contexto político, Vicky observó que en Estados Unidos, a diferencia de Argentina, la cultura de movilización y activismo es más limitada en la vida universitaria. “Allí, las manifestaciones públicas son más discretas y pacíficas. Es un país que vive momentos políticos complicados, pero la participación en las universidades es menor y más respetuosa”, detalló.
Respecto a su futuro, la joven aún no tiene un plan definido. “Estoy postulando a muchas instituciones, en diferentes países, incluyendo opciones en Europa o algunos países latinoamericanos. La situación política en Argentina y en Estados Unidos no es la mejor, y todavía no tengo claro si me quedo en Estados Unidos o busco seguir en otra parte”, explicó. Lo que sí tiene claro es su pasión por la docencia, que la acompaña en cada paso: “Seguir dando clases y compartir conocimientos es lo que me motivó desde el principio”.