Desde hace 25 años, el científico del CONICET Federico Lorenz investiga el conflicto bélico de 1982 y la posguerra desde el campo de los estudios sobre la memoria.
“Las Malvinas fueron, son y serán argentinas”, “Malvinas es un sentimiento que nos une”, “Malvinas argentinas, ni yanquis ni marxistas”: las consignas que la guerra de Malvinas dejó instaladas en el imaginario social a partir de 1982 se replican hasta el día de hoy. “Malvinas es un punto de identidad nacional que se torna muy difícil de problematizar. Si uno aplica las herramientas de la crítica para pensar el problema, rápidamente se piensa que se están cuestionando los derechos argentinos sobre las islas o la legitimidad del sacrificio de los que volvieron, y no es ese el sentido de la mirada crítica de la ciencia”, advierte el historiador del CONICET Federico Lorenz, que trabaja en el Instituto de Historia Argentina Latinoamericana Dr. Emilio Ravignani y se focaliza desde hace veinticinco años en investigar la guerra y posguerra de Malvinas, así como la historia larga del archipiélago en el Atlántico Sur. “Malvinas es sinónimo de un recuerdo de la dictadura militar y eso forzosamente lleva a que se produzcan contradicciones tanto analíticamente como en términos de experiencia de las personas. ¿Qué acompañé, qué dejé de acompañar, de qué modo el hecho de que sea un gobierno ilegítimo impulsando una recuperación de algo que los argentinos consideran legítimo complica el recuerdo y la reivindicación de eso? Yo creo que aún está todo por hacerse en el campo de la memoria sobre Malvinas. Hay muchísimo todavía para preguntarse e investigar”.
Cuando comenzó con sus investigaciones académicas, a mediados de la década del 90, el campo de estudios sobre Malvinas no existía. “Yo era profesor de Historia y, por consejo de una profesora, empecé a hacer entrevistas a veteranos de guerra. Era un tema grande, que particularmente me interesaba porque tenía el recuerdo de tener once años y había vivido de lejos esa guerra. Noté que aún permanecía como un tema vacante”, dice Lorenz. Esas primeras entrevistas con veteranos de guerra le bastaron para embarcarse de lleno en la temática. “Yo esperaba que los veteranos me contasen sus experiencias bélicas, pero para mi sorpresa ellos se explayaban sobre todo en la forma en que habían vuelto y el impacto de la reinserción, o en el acompañamiento o no acompañamiento social que habían sentido al regresar”.
Desde entonces, Lorenz se sumergió en la investigación sobre Malvinas sin abandonar su veta de docente de Historia en escuelas secundarias, que continúa hasta el día de hoy, y en paralelo forjó una carrera como escritor de obras de divulgación científica relacionadas con Malvinas: escribió desde libros para niños hasta novelas de ficción, entre las que se destacan Postales desde Malvinas (Norma, 2021), Los muertos de nuestras guerras (Tusquets, 2013) o Fantasmas de Malvinas. Un libro de viajes (Eterna Cadencia, 2008). “A mí me gusta intervenir en el debate público, y creo que cualquier vehículo sirve para hacerlo –asegura-. Para mis ficciones, yo investigo como investigaría para un libro histórico, o mejor dicho aprovecho mis investigaciones históricas para escribir una ficción que uno puede rastrear en términos de verosimilitud y de acontecimientos históricos. Además, a veces el formato académico estricto no me permite volcar todo lo que tengo para decir de un tema tan intenso como es Malvinas. Cuando empecé, por ejemplo, me interesaba poder transmitir la emoción que me producía entrevistar sobrevivientes. Eso lo pude hacer a través de la divulgación, que siento que está muy emparentada con la docencia, así como también con la investigación”.
Fuente CONICET