En la columna política de este viernes en Radio UNLaR, el politólogo invitado es Rubén Moreno Hemes, quien abrió nuestro espacio señalando el rol de los medios de comunicación, las redes sociales, y su implicancia direccionada hacia los sentidos o emociones del electorado.
También nos dejó el concepto y el rol preponderante que cumplen las emociones al momento de elegir candidatos en las próximas elecciones de nuestro país.
Como dijimos y venimos analizando, Argentina se avecina a varios momentos electorales, y cada fecha de ir a las urnas, PASO, elecciones generales y quizás Ballotage, son elecciones distintas con propuestas distintas, con candidatos con repertorios distintos.
Ya explicamos que en las PASO la elección es centrífuga, se va del centro a la periferia a buscar el voto más extremo de cada pensamiento o ideología, luego se transforma en Centrípeta. Los candidatos moderan su lenguaje y descienden hacia el medio en una estrategia que busca capturar el voto medio, o apático, siempre cercano al voto indeciso o que no fue a votar, también se compite por el voto de aquellos que su candidato no paso las PASO.
Este es el nuevo escenario electoral, y respecto a esto, ¿Cómo avanzó la campaña?
Massa empezó a profundizar con acciones desde la cartera económica, pero su discurso al igual que las PASO es moderado, siempre tendiendo al centro, nunca buscó irse al extremo, el trabajo de traer ese electorado extremo lo cumplía en la interna Juan Grabois, el de izquierda.
Patricia Burllich al igual que Milei son los candidatos que más al extremos llegaron con su discurso, buscando llegar a los límites del electorados, con propuestas y discursos tan radicales como provocadores.
Si bien Burllich no logra encontrar un lugar en la contienda electoral de cara a las generales, su discurso moderado, no atrae ni al medio ni termina de conquistar a aquellos que ya la votaron. Pero tiene como positivo que al electorado mayoritario, indeciso o apático, su discurso puede penetrar, aun faltando tanto tiempo la contienda. Un tiempo que la beneficia porque aún no logro impactar en la agenda mediática.
El que vio más alterada la reacción electoral, fue Milei, el candidato de Ultra Derecha, aun no modera su discurso, es extremo y sigue siendo provocador, a diferencio de sus otros contrincantes. ¿Cuál es su estrategia? O ¿Que busca con esto? Decide sostener sus palabras fuertes, porque compite contra Burllich, desde el final de las PASO Javier puso como oponente a Patricia, y fue en busca de su electorado, un electorado fuerte de derecha y un tanto extremo, mucho más que el de Larreta. Quiere un Ballotage con Massa. Si bien la estrategia puede sonar atractiva, lo cierto que está empezando a sonar desafinado, a mi entender, en el electorado más importante y mayoritario, el indeciso, el que no votó a ninguno de los tres candidatos.
Después de la victoria en las PASO Milei empezó a estar en el centro de la atención de los medios y el electorado, en donde el público que no prestaba atención a sus dichos, o los que lo escuchaban de manera graciosa ahora lo comienzan a ver de manera más seria ante la posibilidad real de ganar las presidenciales. En este proceso es que, y teniendo en cuenta a un electorado sentimental o que vota por emociones, ciertas palabras o acciones pueden caer mal y predisponerlo de mal manera.
Su lenguaje provocador, despertó ciertos rechazos, a partir de la utilización del término “Mogolico” como insulto despectivo para otra persona, el cual fue fuertemente cuestionado en redes sociales. A esto se suma sectores de la iglesia católica, que salieron a repudiar, dichos contra el Papa Francisco, si bien fueron estos hace años, lo pusieron en agenda en un momento que más perjudica al candidato liberal. También los dichos que “no tiene nada de malo contaminar ríos por parte de una fábrica” y puestos en la escena mediática, fueron reproducidos con disgustos sectores juveniles, que en su gran mayoría son los principales defensores y militantes delas políticas medio ambientales.
En esta elección que es menos racional y más sentimental, hay candidatos que hoy se encuentra en una encrucijada. ¿Cambiar el discurso y volverlo moderado, con el riesgo de perder adeptos que se sumaron por esa impronta? O ¿Sostener los seguidores con un discurso provocador con el riesgo de espantar el electorado indeciso?
Lo cierto y concreto es que ni todas las críticas a la propuestas económicas realizadas por los principales expertos en economía del país le perjudicaron tanto la imagen en las elecciones a Milei como denominar “mogólico” como insulto o reírse de la contaminación. Ambas expresiones producen un sentir emocional, y si los candidatos no se dan cuenta de la importancia de las emociones o toman magnitud que se vota en base a emociones, están perdidos de cara a octubre. Seguramente no está dejado nada al azar por parte del equipo de expertos en comunicación que cada uno tiene, pero ahora los tres candidatos deberán decidir con quién quedar bien y con quien quedar mal, ya paso la parte donde los discursos suman sin restar.
Como fue la semana en la Carrera Electora
En esta semana el auto que picaba en punta el de Javier Milei, derrapó un poco en las curvas con conceptos que no cayeron bien en el electorado indeciso. Que es nada más y nada menos que el 35% que fue a votar en las PASO y no voto a ninguno de los tres. Cada acelerada a esta altura de la carrera trae consecuencias positivas y negativas, debe elegir como y cuando acelerar, algo contrario a lo que hacía ya que venía pisando a fondo durante toda la carrera.
Al auto de Sergio Massa, se adelantó bastante con las medidas económicas y el rol en las provincias, haciendo uso de la cartera económica salió a competir en toda la pista, aún sigue siendo prudente en su discurso y aceleradas. Pero se adelanta más de lo que resta. Aunque una gran mayoría todavía ve de reojo si tendrá la capacidad de tener bajo el control la economía, un detalle no menor en esta carrera.
El auto de Patricia Burllich, no termina de encontrarse en las pistas de esta carrera post PASO, subió a su auto a un copiloto como Malcomían, para que le dicte la hoja de ruta económica, y aun así no logra acelerar y ganar lugares. Esto se lo vio como falta de autoridad, y no terminó de caer de manera contundente ni en el electorado ni en la velocidad de las pistas.
El auto de Schiaretti, aún se lo ve en la salida intentando poner segunda, más allá que su copiloto grita que siguen en pista.
Así pasó una nueva vuelta de carrera o semana electoral de cara al gran premio presidencial de octubre
