La medida de fuerza fue dispuesta luego de que se registraran cuatro ataques a diferentes colectivos, alrededor de la misma hora y presuntamente en forma coordinada.
Uno de los ataques fue contra un Expreso en Las Flores, un coche de la línea 143 en Saladillo; una amenaza dejada en el asiento del fondo de un colectivo 110 y una colectivera de la 126 que escuchó tres disparos cuando circulaba por las calles Crespo y Virasoro.
Esos ataques se sumaron a la amenaza escrita este lunes a la madrugada en otro colectivo, lo que derivó en un parate de varias horas en el transporte urbano de Rosario.
Ayer por la noche, una vez decretada la huelga, los choferes decidieron guardar los colectivos en los galpones.