Guillermo Agner, productor del Valle del Bermejo, comentó sobre las múltiples posibilidades de crecimiento para la región a partir de su cultivo.
Se trata de un proyecto que se lleva adelante desde el mes de febrero, en un intento por buscar nuevos cultivos que podrían darse en la zona precordillerana “para tener una oferta variada”.
“La idea es salir un poco de lo tradicional, en una zona donde predomina el alfalfa y la producción de corderos. Buscamos cultivos que se podrían adaptar a nuestras condiciones climáticas, de suelo y agua”, explicó Agner.
La quínoa (Chenopodium quínoa Willd) ha sido elevada al estatus de superalimento, impulsada por su asombrosa composición nutricional, que combina a la perfección proteínas, grasas y carbohidratos. Se encuentra en alza en los mercados y cada vez es mayor la gente que aprovecha sus propiedades.
“Hicimos una prueba con dos hectáreas y una semilla que importamos. Viene del norte, de la zona de Bolivia y tuvimos muy buenos resultados, ya que estamos a 10 días de cosechar. Se adaptó muy fácilmente al clima y el agua”, agrega el productor de Jagüé.
Comparado con otros cereales, la quínoa es una bomba de nutrientes, destacando su aporte en proteínas completas, hidratos de carbono de absorción lenta, vitaminas y minerales, por lo que se convirtió en uno de los alimentos básicos de las poblaciones preincaicas debido a su alto valor nutritivo, curativo, especialmente proteico, vitamínico y poseedor de elementos minerales esenciales, y a su gran adaptabilidad a las condiciones ambientales adversas de los Andes altos, donde el maíz y la papa dulce no crecen.
Se trata de una planta multiproteica y en La Rioja se da se da muy bien. Es una gran oportunidad para La Rioja como una un cultivo más que puede aportar dólares de China, Estados Unidos, Europa y Asia donde es ampliamente requerida
“Se desarrolló mejor que en la zona del norte, porque se cultiva mucho en la zona de Tilcara y Humahuaca. En la altura le permite tener más ramificaciones y tener más cantidad de grano, más kilos por planta”, sostuvo Guillermo, quien piensa usar las semillas de la cosecha para su multiplicación y poder sembrar alrededor de 35 hectáreas durante la próxima temporada.
“Creemos que el año que viene vamos a usar estas semillas que cosechamos y vamos a lograr hacer un mayor volumen que pueda cumplir un cupo de la exportación.
Si bien se trata de un alimento poco difundido en nuestra provincia, los riojanos van conociendo de a poco sus propiedades como su sabor. Además es libre de gluten y puede ser consumida como cualquier grano, se añaden a las sopas, ensaladas, salsas o se pulveriza para transformarla en harina para elaborar pan, bebidas o postres.
Por ser un grano con mayor contenido de nutrientes que otros que benefician al organismo humano, su precio en el mercado es muy costoso y ronda entre 8 mil y 9 mil pesos el kilogramo.
“Yo creo que vamos a obtener un aproximado de 2 mil kilos por hectárea y esperamos alcanzar las 35 hectáreas el próximo año. Es un trabajo que se tiene que articular bien”, finalizó Agner.