Con 36 años, Gabriel Boric se convertirá el próximo viernes en el presidente más joven de Chile pero la expectativa que genera su asunción no es solo por eso, sino por las promesas de cambio con las que ganó el balotaje el año pasado y que, muchos creen, podrían llevar finalmente a La Moneda algunos de los reclamos que millones de personas sacaron a las calles en octubre de 2019 en el estallido social que marcó el inicio del fin del gobierno de Sebastián Piñera y ya dio a luz una Convención Constituyente que redacta una nueva Carta Magna que reemplace a la pinochetista actual.
La ceremonia de asunción se realizará al mediodía en el Salón de Honor del Congreso Nacional de Valparaíso con un aforo de solo 500 personas por la pandemia de coronavirus y con el uso obligatorio de barbijos. Entre los invitados extranjeros estará el presidente Alberto Fernández.
Según adelantó el comando de Boric al diario La Tercera, todos los actos tendrán un mensaje único: el ex líder estudiantil será un presidente cercano a la sociedad, a los chilenos. Por eso, se buscará que haya más presencia de la gente y menos actividades protocolares, rígidas y «elitistas».
Por ejemplo, no se realizará la tradicional gala en La Moneda con los invitados de otros países. Además, Boric mandó a hacer su traje para ese día a un sastre local y su banda presidencial al Sindicato Revolucionario Textil, como un gesto a las mujeres trabajadoras, informó el mismo medio.
Además, el futuro mandatario desayunará esa mañana con dirigentes vecinales de Valparaíso y, solo después del traspaso de la banda en el Congreso, dedicará el almuerzo a los jefes de Estado y Gobierno y delegaciones invitadas, entre ellos el presidente Alberto Fernández. En total, ya confirmaron asistencia de 18 países: Perú, Colombia, Argentina, Ecuador, Paraguay, Uruguay, República Dominicana, Haití, México, Brasil, España, Irlanda, Bolivia, Países Bajos, República Dominicana, Ecuador, Honduras y Panamá.
