Este sábado 20 de marzo se cumple un año desde que el Gobierno decretara el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) para contrarrestar el avance de la pandemia de coronavirus Covid-19 en el país y preparar el sistema de Salud para poder dar respuesta a lo que podía llegar a suceder, tomando como referencia lo que pasaba en otros países.
Por aquellos días, llegaban dramáticas imágenes desde España, Italia, Francia o Inglaterra que ponían en alerta a las autoridades de nuestro país quienes analizaban que, si habían colapsado los sistemas sanitarios de los países del primer mundo por el avance de los contagios de Covid-19, sería una situación muy compleja para Argentina.
Ante lo que sucedía en el mundo, el Gobierno tomó la decisión de poner un cerrojo al ingreso al país y se centró en atender el desafío sanitario que se avecinaba.
Tal como lo analiza Catriel Etcheverri: «Cuarentena, barbijos, tapabocas, alcohol en gel, grupo de riesgo, trabajadores esenciales y exceptuados, hisopados, OMS, Wuhan, IFE, ATP, negacionistas y anticuarentenas, home office, Zoom, clases virtuales, presencialidad, protocolos, Sputnik V, The Lancet» fueron las palabras que pasaron casi de la noche a la mañana a formar parte del léxico de todos los días de los argentinos.
Desde entonces, cada argentino tuvo que aislarse y cumplir con la cuarentena, y parecía que la famosa grieta, que había dividido a la sociedad y la política, iba a desaparecer. Se potenciaron los consensos, el apoyo y la fuerte visibilización de los trabajadores de la salud se habían convertido en moneda corriente.
El respaldo que cosechó la temprana decisión del Gobierno de adoptar medidas que le dieran tiempo para recomponer el sistema sanitario luego de años de abandono fue tan abrumador como efímero. Rápidamente se comenzó a instalar una falsa dicotomía entre Salud o Economía, pero todo el mundo se daba cuenta que la pandemia no daba tregua y era imposible salvar la economía.
Brasil y Estados Unidos, renegaron de cualquier medida restrictiva en pos de salvar sus economías y hasta se convirtieron abiertamente en activistas anticuarentena. No sólo no lograron evitar el derrumbe de sus economías, también reúnen entre ambos países más de 800 mil muertos por coronavirus Covid-19, casi un tercio de los decesos registrados en todo el mundo.
En tanto el Gobierno nacional había desplegado una batería de medidas para ayudar a la mayor cantidad de sectores y así morigerar el tremendo golpe. Todos los indicadores económicos dejan en evidencia que la pandemia vino a profundizar la crisis económica que había dejado Macri antes de dejar su cargo en manos de Alberto Fernández.
Luego vino la esperanza de las vacunas, el gobierno hizo todas las gestiones para adquirir la mayor cantidad de dosis posibles, y con más de tres millones de vacunas aplicadas, ahora queda esperar el arribo de más dosis y que no se produzca la mencionada y temida «segunda ola de contagios».
A un año del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio, todavía algunos eligen discutir si las medidas adoptadas estuvieron bien o mal, lo cierto es que Argentina continúa tomando las acciones que las autoridades entienden como necesarias para contrarrestar los efectos de la pandemia.
