La situación educativa en Argentina será central esta semana con protestas, incluidas marchas y un paro nacional programado para el miércoles 2 de octubre. La iniciativa busca reclamar un mayor presupuesto para la educación y la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), así como manifestar el rechazo a la reforma jubilatoria del gobierno.
Angélica Graciano, Secretaria Gremial de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), se refirió al impacto de las políticas del gobierno: “Desde que asumió Milei, hemos visto un ataque hacia la educación pública y las universidades”. Graciano explicó que la administración actual busca achicar el Estado y financiar la demanda, transformando la lógica cultural del acceso a la educación y promoviendo una posible transferencia de universidades a provincias.
Recientemente, se conoció que Santiago Caputo, asesor del gobierno, estaba trabajando para transferir universidades a las órbitas provinciales, lo que podría implicar una nacionalización parcial de la educación. “En la conciencia de los argentinos está arraigado que la educación debe ser obligatoria, pública, gratuita, estatal y nacional”, añadió.
A pesar de las movilizaciones, la respuesta del gobierno ha sido considerada insuficiente. “La falta de reconocimiento a los errores y la dureza en las decisiones del gobierno están exacerbando el conflicto”, declaró Graciano. La comunidad educativa teme que los fondos para la educación se utilicen como moneda de cambio en negociaciones políticas, poniendo en riesgo la calidad educativa.
“Esta es una etapa más; vamos a seguir luchando hasta conseguir lo que necesitamos para asegurar que nuestra educación garantice derechos a todos los argentinos”, concluyó Graciano, manifestando su compromiso con la causa. Las movilizaciones de esta semana podrían marcar un cambio significativo en la lucha por la defensa de la educación pública en Argentina.