En la columna de esta semana analizamos el resultado del balotaje el pasado domingo entre Sergio Massa y Javier Milei, resultando ganador el libertario en la mayoría de las provincias del pais.
Primera observación: el resultado.
Los resultados revelan que Argentina ha elegido a Javier Milei como su nuevo presidente, al obtener el 55.69% (14.476.462) de los votos, superando al candidato Sergio Massa, quien obtuvo el 44.31% (11.516.142).
Realizamos un análisis porcentual de las elecciones generales. Massa había logrado el 36% de los votos, mientras que Milei obtuvo el 29%.
El restante 35% conformaba la porción a distribuir. ¿Cómo se distribuyeron esos votos destinados a Burllich, Schiaretti o Bregman?
Un abrumador 78% de esos votos se inclinaron hacia Javier Milei, mientras que el 22% se destinó a Sergio Massa. Este respaldo refleja la clara preferencia por un cambio hacia las ideologías de derecha.
A partir de estos números, se comprende la imponente victoria libertaria. Independientemente del lugar geográfico, aquel porcentaje que no los votó en las PASO o generales, mantuvo su posición de cambio, más allá del candidato que la representara.
En cuanto a la distribución geográfica, se observa una importante mayoría para el libertario en el denominado cinturón central de Argentina: Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza, tres provincias grandes donde Milei obtuvo un 70%, en comparación con el 30% de Massa. Los cordobeses se expresaron con un contundente 75% a 25% a favor de Milei.
El resto de las provincias siguió la tendencia que se manifestó en casi todo el país, excepto en tres. Hubo una victoria de la Libertad Avanza en proporciones que oscilan entre el 20% y el 7% sobre Massa. En la provincia de Buenos Aires fue casi un empate técnico, con un 50.73% para la unión por la patria y un 49.27% para los libertarios.
Los números explican un fenómeno que fue más allá de la intervención de los gobernadores o intendentes de las diferentes localidades, que quizás de antemano hacían suponer una influencia en el resultado final.
Segunda observación: los porque?
Está claro que la ciudadanía, opto por un cambio, debido principalmente a los factores económicos y la inflación, el fenómeno inflacionario en Argentina trae duros recuerdos, y cuando aparece la población lo pone como principal causa a modificar, y esta no fue la excepción. Por más explicaciones o razones que existan el electorado fue pragmático.
Tercera observación: las alertas.
Un punto que requiere atención es que, más allá de que las PASO sean tediosas y prolonguen el proceso electoral, permiten elegir entre una variedad mayor de candidatos. El electorado participa activamente en todo el proceso y no se enfrenta a la imposición de solo dos candidatos. En este proceso es donde debemos ser conscientes de la elección del electorado argentino, ya que no solo optó por un cambio o un viraje a la derecha, sino por un cambio radical y un viraje hacia la extrema derecha. Podría haber elegido entre candidatos de derecha moderados como Larreta o Schiaretti, o candidatos más reaccionarios o antiperonistas como Bullrich. Sin embargo, optó por Milei, el candidato más extremo, que propuso un achique del Estado y privatizaciones, similar a lo realizado por Carlos Menem en los 90.
Aquí hay una particularidad. Carlos Menem admitió haber mentido en campaña «porque si decía lo que iba a hacer, no lo votaba nadie» expreso luego, similar a De la Rúa, quien no expresó en campaña el ajuste que luego implementaría. En este caso, Javier Milei fue claro y prometió un recorte del 15% del PBI, una promesa de campaña jamás escuchada, y la población respaldó esta visión con su voto.
Hay que ser consciente que Milei llega plebiscitando su programa de Gobierno, con el voto y respaldo popular, al que en su discurso de triunfo afirmó, “Que no creen en gradualismos” o sea no será gradual, será de golpe.
Además, queda claro que el electorado votó por un sistema «anti castas políticas», expresando el deseo de alternancia no solo en los cargos ejecutivos sino también en los administrativos. El electorado respaldó la austeridad estatal y la mínima intervención. Resulta crucial observar cómo las administraciones en todo el país se ajustarán o resistirán ante esta consigna.
Otro punto de alerta es el 44% de la población que defiende ideas opuestas al ganador, siendo estos la parte una sociedad más organizada mediante instituciones y sindicatos, que ya ha expresado su intención de resistir cualquier intento de eliminar los derechos adquiridos.
Veremos si la imposición de políticas logra cerrar la grieta o, por el contrario, profundiza y prolonga la lucha entre los argentinos.
Por el momento, habló el pueblo, y la gran participación refleja que los argentinos continúan creyendo en la democracia que en mi humilde opinión, es el mejor sistema de gobierno creado hasta la fecha.
Hoy Argentina tiene nuevo presidente, con la consigna de modificar y reestructurar todo el sistema estatal y normativo. Conseguirlo o quedar en el intento.
