¿Qué Argentina se viene?

En la ultima columna del año de Politica a cargo de Bernardo Sanchez Alem analizamos cómo Argentina vivirá en los próximos días uno de los momentos más trascendentales de la historia, habrá un cambio de gobierno con un pensamiento antagónico.

En los días subsiguientes al 10 de diciembre, observaremos de cerca la dirección que tomará la Nación bajo la nueva administración del próximo presidente, Javier Milei. Aunque puede parecer prematuro, afirmo que antes del 1 de enero ya tendremos claridad sobre el rumbo que emprenderá.

La certeza común entre todos es que habrá ajuste. La incógnita radica en ver si ese ajuste se alineará con las promesas hechas durante la campaña electoral, respaldadas por la mayoría de los votantes, o si tomará un rumbo inesperado. ¿Será un ajuste dirigido hacia la política, como se proclamó, liberando así recursos que anteriormente se malgastaban y permitiendo un crecimiento sostenido para la clase trabajadora? O, por el contrario, ocurrirá el temor de que se ajuste en general, y la variable más profunda sea la clase trabajadora.
Las principales medidas anunciadas en los primeros días, nos permitirán vislumbrar ese panorama.

Otros teóricos pesimistas sostiene, que cuando gobiernan administraciones que tiene como norte la economía, realizan acciones como cosa juzgada, y anuncian medidas como dogmas, en las cuales “no había otra salida”, “porque si no se tomaban era peor”. Siempre el fantasma de lo peor y la catástrofe, anteceden los anuncios de ajuste y austeridad.
Sabemos que no hay medida dogmática, no existe medida que se deba hacer de manera obligatoria o única, toda medida gubernamental es una decisión de entre muchas, en las cuales se decide beneficiar a un sector determinado, de la sociedad, de la economía o del país.

No es cierto que una medida se deba tomar de manera obligada, se toma porque se elige de entre muchas. Y si un habitante, sector social o económico, se beneficia o se ve afectado, es porque se decidió beneficiarlo o afectarlo.

Como dijo el presidente Javier Milei, “nada es gratis, alguien lo paga” veremos pues, quien comenzará a pagar y quien no, en la próxima administración, los diferentes servicios.

Esta introducción es fundamental, para comprender lo que viene, porque sabiendo y entendiendo que no hay medida tomada de manera obligada, comprenderemos a quien se quiere beneficiar y a quien no. Si se cortan los recursos de la “casta política” y se aumentan a los de la población en general, sabremos que se hace con esa intención.

Si el ajuste se da en mayor magnitud en el sector que menos tiene, frente a los que más tienen, la brecha de la desigualdad aumentará, trayendo como consecuencias un aumento de los problemas sociales ya existentes.

La población votó para una normalización económica y laboral, es la promesa de campaña.

Y la gente medirá, en base a los resultados si acompaña o no, el pueblo argentino ya lo hizo con Mauricio Macri, dándole solo un periodo y negándole el segundo, por el incumplimiento a su promesa económica, y también lo hizo con Alberto Fernández, ante el incumplimiento de la suya.

El pueblo Argentino vota resultados, ni la derecha ni la centro izquierda pudieron mantener el voto con relato y publicidad. El voto se mantiene con el cumplimiento de la promesa que todo argentino quiere escuchar, estabilidad y progreso económico, menos inflación, y dinero para que la familia viva dignamente.

Argentina estará expectante con una mitad, esperanzada y la otra mitad apática y preparada para reaccionar, depende del camino que se tome y los resultados, para observar cómo se emigra de un bando a otro.

Algunas preguntas que quedan abiertas.

El Estado gasta más de lo que genera, se debe ajustar ¿El ajuste será sobre la clase o casta política? ¿O el ajuste se realizará en todos los ámbitos?

¿El Estado dejará de subsidiar la energía, el agua, el transporte y los combustibles de la población? ¿O seguirá sosteniendo ese gasto para beneficio de la población?

¿Se desfinanciará la educación y la salud, con menos recursos estatales? Habilitando así el fomento de nuevas instituciones privadas para complementar las falencias. ¿O solo fue campaña del miedo?

Se sacará los impuestos de importación, permitiendo el ingreso de productos desde el exterior a un precio inferior. ¿Qué consecuencias tendrá sobre la industria local y los puestos de trabajo?

La obra pública se activará con otros parámetros haciéndose más efectiva como se prometió en campaña ¿O se detendrá, cortando una de las principales fuentes de trabajo del país?

¿La dolarización se hará efectiva o se pateara la idea para que se diluya en el tiempo?

Estas son las principales preguntas que dan vuelta en la ciudadanía, por lo pronto estaremos a la espera de ver el rumbo que tomará la nueva administración.

Con todo gobierno nuevo siempre nace una esperanza nueva. Las expectativas y la predisposición de mejorar están a flor de piel, esperemos que el pueblo argentino, tenga la oportunidad de vivir en un país más próspero y más justo.

Compartí en las redes
WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE