Camila, la hija del motoquero asesinado en 2001, que creció acompañando el reclamo de justicia

Camila Riva, hija del trabajador de reparto de motos Gastón Riva, una de las víctimas emblemáticas de la represión policial del 20 de diciembre de 2001, tenía apenas 8 años cuando su padre fue asesinado en las calles del centro porteño, y asegura que, desde entonces, creció acompañando el reclamo de justicia que durante años sostuvo su familia y «para mantener la memoria».

«Desde el 2001, nada fue igual para nadie en la Argentina. A medida que fui creciendo, empecé a tener noción de lo que había pasado. Desde entonces, la gente piensa más en política y se pregunta por sus derechos», reflexionó Camila Riva en declaraciones a Télam.

Camila, hija del matrimonio que Gastón había formado con María Arena, recuerda que, el día que murió su papá, su mamá estaba «muy nerviosa atenta a la televisión y a su familia que corría «de un lado para el otro buscando información».

Fue recién a la mañana siguiente que le explicaron que su padre había fallecido como consecuencia de la represión.

«Me entere al día siguiente cuando mi mamá me lo contó, me dijo que él ya no estaba más. También me acuerdo mucho del momento en que fuimos a Ramallo, la ciudad donde nació mi papá para velarlo y enterrarlo», explicó Camila.

El padre de Camila tenía 31 años cuando fue baleado por la policía en la esquina de Avenida de Mayo y Tacuarí

Su padre tenía 31 años cuando el 20 de diciembre de 2001 fue baleado por la policía en la esquina de Avenida de Mayo y Tacuarí.

Ese día había ido con su moto hasta la Plaza de Mayo para manifestarse en contra del gobierno de Fernando de la Rua; tras ser alcanzado fue trasladado al Hospital Argerich y allí murió.

«Creo que mi papá no salió por su situación en particular sino por lo que pasaba en la Argentina. Se vivía un momento con mucha pobreza y faltaba trabajo. La violencia de la Policía ese día era tremenda. Fue algo que conmovió muchísima gente», remarcó Camila.

A 20 años de ese trágico momento, la Cámara Federal de Casación Penal confirmó el lunes pasado las condenas al exsecretario de Seguridad de la Alianza Enrique Mathov y al exjefe de la Policía Federal Rubén Santos, acusados de haber ordenado la brutal represión en diciembre de 2001, un caso que se ventila en los tribunales desde hace 20 años.

Los jueces Daniel Petrone, Diego Barroetaveña y Ángela Ledesma ratificaron la condena a 4 años y 3 meses de prisión para Mathov, más ocho años y 6 meses de inhabilitación para ejercer cargos públicos, y a 3 años y 6 meses para Santos, con 7 años de inhabilitación para ejercer como funcionario.

«Lloré cuando dieron las condenas en 2016 porque fueron bastante escasas. Pensé que iba a pasar otra cosa, Mathov y Santos recibieron pocas penas por haber tenido tanta responsabilidad. Fueron 39 muertos en todo el país», apuntó.

A los 28 años, Camila formó una familia y se mudó al sur este año, y de esta forma siete que cumplió un anhelo que su padre quería alcanzar y no pudo.

A dos décadas de estallido social que se llevó puesto al gobierno de la Alianza, Camila destacó como «importante» que en la agenda de los colegios secundarios «se hable de este capítulo de la democracia argentina porque «hay mucha desinformación» al respecto.

«No hay que olvidar que esto que pasó fue gravísimo y se tiene que mantener la memoria»

«La historia reciente es lo que hace que se tomen ciertas decisiones como el voto y los posicionamientos políticos. Son veinte años que marcaron un antes y un después. No hay que olvidar que esto que pasó fue gravísimo y se tiene que mantener la memoria», puntualizó.

Fuente: http://www.telam.com.ar

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